Ciudad de México. Los Burros Blancos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) saben lo que es conquistar el estadio Olímpico Universitario. En una nueva edición del clásico estudiantil ante Pumas CU, el equipo guinda de Zacatenco consiguió uno de los grandes regresos en la Liga Mayor al dar vuelta a una desventaja de 13 puntos y quedarse con la victoria 23-20, con un gol de campo que silenció el templo de su odiado rival a falta de cuatro segundos de terminar el juego.
Al igual que las Águilas Blancas, los Burros son una isla de nativos guerreros que están dispuestos al choque. Tienen muy claro que sólo pueden vender la derrota a precio alto. Por eso juegan al futbol americano con tanta pasión como otros equipos. Ni que hablar de su entrenador, Rafael Duk, quien aporta buena voluntad y experiencia a sus jugadores.
Hubo mejoría en los Pumas si se compara éste con su primer partido. La recuperación fue más limpia, el golpeo resultó la herramienta más útil de ataque, aunque en frente estaba un equipo que ganó otro clásico con personalidad y coraje.
Los auriazules dieron un paso adelante con la anotación de Esteban Espinoza y los goles de campo de Brandon Cervantes, lo que valió una ventaja de 13-0. Pero entonces, por razones que aún se preguntan y no alcanzan a descubrir sus aficionados, el ovoide empezó a sentirse como una barra de jabón en los ataques universitarios.
Eso le dio vida al equipo de Zacatenco, que primero se acercó tres puntos con una patada de Guillermo Gordillo y luego sumó un par de anotaciones de Emiliano Martínez y el mariscal suplente Aldo Herrera para darle la vuelta al partido 13-17 al inicio del último cuarto. Tres veces interceptado por el defensivo Irving Robles, el mariscal Félix Rivera encontró con un bombazo de 40 yardas a Luis Mario Medrano y una vez allí, cerca de la zona roja, acarreó el ovoide para recuperar la ventaja con una anotación (20-17).
Ante el riesgo de caer en CU, el espíritu guerrero de los Burros apareció en el momento en que todos los daban por muertos. De esa manera, con dos patadas ganadoras, una de ellas a cuatro segundos del final, celebraron la conquista de un nuevo clásico. El segundo de manera consecutiva para los del IPN.