Nueva York. Líderes de algunos de los países más poderosos de América Latina y Africa tomaron el podio ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) este martes para demandar cambios fundamentales a un sistema económico y político global que continúa invirtiendo en guerras mientras continúa fracasando en cumplir con sus propias promesas para abordar la pobreza y desigualdad y el cambio climático.
El creciente poder de gobiernos que rechazan la agenda neoliberal de las últimas décadas se manifestó en las primeras horas de la sesión de apertura del debate de alto nivel anual ante la Asamblea General, con diversos líderes del sur global dejando entrever que estan dispuestos a desafiar el orden internacional encabezado por el auto-proclamado líder mundial Estados Unidos a través de iniciativas impulsadas dentro de otras asociaciones multilaterales tal como los BRICs, el G77 e incluso el G20 entre otras.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva - Brasil tradicionalmente es el primer país en tomar el podio al arrancar la sesión - empezó declarando que “mantengo mi confianza inquebrantable en la humanidad” al pintar una crisis ambiental sin precedente que “toca a nuestras puertas, destruye nuestros hogares, todas las ciudades, todos los países, e impone daños y sufrimiento a nuestros hermanos, especialmente los pobres”.
Lula señaló que la crisis del cambio climático es acompañada por otra dentro del actual sistema de libre mercado: “los 10 multimillonarios más ricos tienen más riqueza que 40 por ciento de la humanidad”, y acaso que “hay una falta de voluntad poíltica de quienes gobiernan el mundo para sobrellevar la igualdad”.
Lula, quien es el único lider del sur global que tiene programada dos reuniones con el presidente Joe Biden, de Estados Unidos, durante esta semana, ofreció una no muy sutil amenaza de que cuando él, a nombre de Brasil, tome la presidencia del G20 en diciembre “no vamos a dejar de hacer un esfuerzo para poner la lucha contra la inequidad en todas sus dimensiones en el fondo de la agenda internacional”. Concluyó que “con el motor de construir un mundo justo y un planeta sostenible, el presidente del G20 coordinara la inclusión social y la lucha contra el hambre, el desarrollo sostenible y la reforma de las instituciones del gobierno global”.
Desde este primer día de las sesiones del debate de alto nivel que durarán una semana en la ONU quedó claro la falta de consenso sobre cómo abordar crisis urgentes, por ejemplo la guerra en Ucrania, con Estados Unidos insistiendo que el mundo necesita enviar más fondos y armas a Ucrania y colocar ese conflicto al centro de todo y otros argumentando que hay otras crisis urgentes que deberían de ser atendidas aquí.
“No tienen 100 mil millones de dólares para entregar a los países para defenderlos de inundaciones, tormentas y huracanes”, declaro el presidente Gustavo Petro, de Colombia, en referencia a un compromiso incumplido por países ricos, al tomar su turno ante la Asamblea General. “Pero si tienen [fondos] en un solo día para que se maten rusos y ucranios entre sí. Ahora no se necesitan 100 mil millones de dólares, se necesitan 3 billones de dólares para superar la crisis climática y la cuenta asciende cada segundo”.
Petro, en tal vez el discurso más feroz y lírico del día, también expresó un sentir compartido por muchos otros países en torno a las exhortaciones de Washington a alinearse con Estados Unidos detrás de Ucrania. “No estamos pensando en cómo expandir la vida en las estrellas, sino cómo acabarla en nuestro propio planeta.
Nos hemos dedicado a la guerra. Nos han convocado a la guerra. A la Latinoamérica la han llamado para entregar máquinas de guerra, hombres para ir a los campos de combate. Se olvidaron que a nuestros países los invadieron varias veces los mismos que hoy hablan de luchar contra invasiones. Se olvidaron que por petróleo invadieron a Irak, a Siria, a Libia. Se olvidaron que las mismas razones que se expresan para defender a Zelensky son las mismas razones con las que se debería defender a Palestina”.
Petro enfatizó que las guerras y el cambio climático también están relacionadas con la otra gran crisis de migración sin precedente. “El éxodo de los pueblos hacia el norte mide con excesivamente exactitud la dimensión del fracaso de los gobiernos. Este año que ha pasado ha sido un tiempo de derrota de los gobiernos, de derrota de la humanidad”, afirmó.