Naciones Unidas, Estados Unidos. El jefe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, instó el lunes a Irán a reconsiderar su decisión de retirar la acreditación a varios inspectores del organismo de la ONU y dijo a la AFP que la falta de cooperación tendrá graves consecuencias.
El OIEA anunció el sábado que Irán había retirado la acreditación de varios inspectores, una medida que Teherán describió como una respuesta a una "politización" del OIEA, de la cual responsabilizó a Estados Unidos, Francia, Alemania y el Reino Unido.
"Tenemos que pedirles que revisen esta decisión", dijo Grossi en una entrevista con la AFP.
"Si no cooperan con el OIEA, no obtendrán lo que quieren: las garantías que quieren ver, la confirmación que quieren ver, la aprobación de la comunidad internacional", añadió.
Grossi también advirtió que la actividad militar ha ido aumentando en torno a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, ocupada por fuerzas rusas desde marzo de 2022.
"Las operaciones militares están aumentando en la zona, mis inspectores me dicen que el nivel de actividad militar es palpable", comentó Grossi.
"Cada día que pasa sin que se produzca un accidente nuclear es un buen día para nosotros", dijo.
Desde principios de junio, las tropas de Kiev han liderado una contraofensiva en la zona cercana a Zaporiyia, en el este y sur del país, en un intento de recuperar el territorio controlado por Rusia desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
Grossi afirmó que un ataque directo a la central o la interrupción del suministro eléctrico externo podría provocar un accidente nuclear con consecuencias radiológicas.
"Entonces, lo que tenemos que hacer es garantizar (...) que no haya una degradación profunda de la situación tal como la vemos ahora".
'Hasta ahora todo va bien'
En cuanto al reciente viaje del líder norcoreano Kim Jong Un a Rusia y sus reuniones con el presidente Vladimir Putin, Grossi expresó su confianza en que Moscú no compartiría tecnologías nucleares con Pyongyang.
El periplo de Kim por la región rusa de Extremo Oriente alimentó los temores occidentales de que el hermético país asiático, equipado con armamento nuclear, pueda suministrar material bélico a Moscú para la invasión de Ucrania.
"Personalmente, no tengo ningún indicio ni ninguna razón para creer que reuniones de este tipo conduzcan a riesgos de proliferación", dijo Grossi.
Finalmente, Grossi prometió que su agencia continuará controlando el vertido de aguas residuales de la dañada planta nuclear de Fukushima en Japón, en medio de protestas de China.
"Estamos controlando esto todos los días. Hasta ahora todo va bien", dijo Grossi.
El 24 de agosto, Japón comenzó a verter al Pacífico agua de enfriamiento diluida de Fukushima, 12 años después de que un tsunami dañara tres de sus reactores, en uno de los peores accidentes nucleares del mundo.