Washington. El presidente del sindicato United Auto Workers (UAW), Shawn Fain, advirtió sobre una posible "amplificación" de la huelga iniciada el viernes pasado entre los tres principales fabricantes de automóviles de Estados Unidos si las empresas no presentan mejores propuestas salariales, mientras el conflicto entra en el debate político.
"Si no recibimos mejores ofertas (...) vamos a amplificar esto aún más", dijo Shawn Fain al programa de entrevistas de la cadena CBS "Face the Nation". General Motors (GM), Ford y Stellantis, conocidos como “los tres grandes” "no tienen excusa" para no resolver los conflictos salariales dados sus enormes beneficios de los últimos años, señaló.
Explicó que los trabajadores que representa "están hartos" y “rezagados desde hace décadas". El sábado reanudaron las discusiones y Fain aumentó la presión desde ese día.
"Stellantis y el UAW han entrado en una fase crítica de las negociaciones", declaró el sábado el grupo creado por la fusión en 2021 de Fiat Chrysler y el francés PSA Group. Stellantis elevó su oferta y propone un aumento de "casi 21 por ciento" durante los cuatro años de vigencia del nuevo convenio colectivo, frente al 14.5 por ciento de hace una semana.
Para Fain, una oferta del 21 por ciento está lejos de ser suficiente y entiende que los empleados merecen el mismo 40 por ciento de aumento salarial otorgado a los directivos de los fabricantes.
"No queremos ni oír hablar" de un aumento de ese tipo, declaró el domingo en CBS.
Por su parte, GM y Ford ofrecen subir los salarios 20 por ciento en total.
El acuerdo laboral de cuatro años entre el sindicato y los “tres grandes” expiró el jueves a la media noche. Desde el viernes están paradas tres plantas: una de GM en Wentzville (Misuri), otra de Stellantis en Toledo (Ohio) y una filial de Ford en Wayne (Michigan).
El conflicto abarca a 12 mil 700 de los 150 mil afiliados al UAW que trabajan en estas compañías. Ésta es la primera huelga simultáneamente en las tres empresas. Pero, para no bloquear toda la producción, el sindicato optó, hasta ahora, por limitar el alcance de los paros laborales.
Culpan a Biden
El Partido Republicano aprovechó este conflicto para lanzar nuevos ataques al presidente demócrata Joe Biden por la globalidad de su política económica.
Biden "lideró una política que provocó la peor inflación en 40 años", dijo ayer el ex vicepresidente Mike Pence al ser interrogado en CNN sobre la huelga.
"Los trabajadores del sector automovilístico están experimentando la misma situación que otros estadounidenses, es decir, que los salarios no están a la altura de la inflación", afirmó Pence, candidato a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2024.
Algunos economistas atribuyen parte del aumento de los precios a la línea impulsada por Biden, pero también a las medidas de estímulo adoptadas por Donald Trump al inicio de la crisis del coronavirus, así como a los efectos de la propia pandemia, que afectó las cadenas de suministro.
Apoyo al sindicato
Biden, que postula a su vez para un segundo mandato, envió el viernes un mensaje de apoyo a los miembros del UAW y pidió a los fabricantes del sector que "vayan más allá" en sus ofertas de aumento salarial.
Legisladores demócratas y de la izquierda independiente acudieron a piquetes o manifestaciones en la región norte de Estados Unidos, donde se encuentran muchas de las fábricas de los "tres grandes".
Después del senador de izquierda Bernie Sanders el viernes, el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Hakeem Jefferies, anunció el domingo que viajaría a Detroit ese mismo día para demostrar su "solidaridad" con el sindicato.
"Esperamos que esto termine rápidamente, pero (...) estas empresas han tenido una ganancia económica increíble (...) y me parece correcto que estos beneficios se repartan entre todos", afirmó Jefferies en el canal ABC.