Nacida sin recursos para operar crédito y con menores aportaciones presupuestales el próximo año, la Financiera para el Bienestar (Finabien) ha recibido una encomienda que no pudieron cumplir dos secretarías: cobrar los Créditos a la Palabra que se repartieron con el inicio de la pandemia de coronavirus, así como recuperar los montos que se colocaron con el programa Tandas para el Bienestar.
La subsistencia de Finabien, como prestador de servicios de crédito, depende en parte de recuperar 37 mil 70 millones de pesos de ese par de programas (4 mil 919.1 millones por Tandas al Bienestar y 32 mil 151.7 millones de los Créditos a la Palabra repartidos en la pandemia), de acuerdo con información obtenida vía transparencia y corroborada con el organismo.
La falta de información recabada al otorgar los créditos –como datos y medios de contacto para llegar a los beneficiarios del apoyo–, así como el hecho de que el recurso presupuestalmente es de inicio un subsidio –sin garantía de canje más que la palabra–, han dificultado su cobro.
De acuerdo con datos del organismo, de 36 mil 444.4 millones de pesos que la Secretaría de Economía repartió en los primeros meses de la pandemia de coronavirus entre un millón 457 mil 776 personas, como parte del Crédito a la Palabra, y del cual se hizo cargo hasta diciembre reciente, falta por recuperar 88.2 por ciento.
Este programa, también llamado Apoyo Financiero a Microempresas Familiares, se lanzó en el marco de la pandemia, con el objetivo de dar un apoyo de 25 mil pesos a negocios y microempresas. El recurso se pagaría en un plazo de 36 meses, más tres de gracia, con un interés en línea con la referencia oficial.
La mayoría de esos préstamos, colocados entre mayo-julio de 2020, se encuentra actualmente en el plazo final que supuestamente tenían para ser del todo liquidados.
La recuperación que la Secretaría de Economía hizo en casi tres años –plazo en el que se debían liquidar la mayor parte del monto en esos créditos–, fue de 3 mil 877.5 millones de pesos, apenas por encima de 10 por ciento. A partir de enero de 2023, al pasar los derechos de cobro a la Finabien, en el primer semestre del año se han recuperado 415.2 millones de pesos de este programa, es decir, la recuperación semestral promedio quedó por debajo de 500 millones.
Por otro lado se encuentra Microcréditos para el Bienestar, también conocida como Tandas para el Bienestar, uno de los 30 proyectos prioritarios de esta administración que de inicio operó también la Secretaría de Economía y posteriormente, en 2021, fue transferido a la Secretaría del Bienestar, que lo tuvo bajo su ramo hasta diciembre pasado.
Esquemas de subsidios
En un país donde un tercio de la población no cuenta con servicios financieros de ningún tipo, Tandas para el Bienestar se lanzó con un primer préstamo por 6 mil pesos sin comprobar ingresos ni pedir garantías y se promovió a tasa cero; si esta cantidad es rembolsada por la persona beneficiaria, en tiempo y forma, es elegible para un nuevo recurso por 10 mil pesos, y así sucesivamente con préstamos de 15 mil y 20 mil pesos.
Tandas para el Bienestar hasta diciembre del año pasado había repartido 8 mil 133.3 millones de pesos a un millón 264 mil 823 personas beneficiarias y entre Economía y Bienestar recuperaron 2 mil 844.1 millones de pesos de ese programa. A partir de enero, cuando la Finabien asumió el encargo de la recuperación de los fondos otorgados, ingresó 370.1 millones de pesos.
La espada jurídica
Ambos esquemas son de subsidio, así que, “en rigor, no hay ninguna obligación de la persona a la que se dio el apoyo, de regresarlo (… ) son programas que bajo los nombres créditos o microcréditos salieron del Presupuesto de Egresos de la Federación de cada año (…). No existe una espada jurídica para empujar la recuperación. No existe, lo hacen de buena fe”, explica Ricardo Chelén, director de Planeación Evaluación e Información Institucional de Finabien.
Explica que Tandas venía funcionando bastante bien
antes de la pandemia, de hecho su colocación y recuperaciones eran desde Telecomm, ahora la Financiera para el Bienestar, y se encontraba por arriba de la mitad, además de que estaba atendiendo sobre todo a mujeres. En general, la información de este programa cuenta con más limpieza
, detalle y manera de llegar a los beneficiarios.
En Créditos a la Palabra, la premura de la pandemia hizo que la colocación fuera prioridad. La información era suficiente para Economía en su momento, ahora es insuficiente para nosotros en este momento
, refiere Chelén. La dependencia puso los créditos a través de Banorte, Santander y Azteca con datos del llamado Censo de Bienestar. La recuperación a través de esos bancos funcionó medianamente bien
, con el barrido de cuentas y con el hecho de que una institución financiera, por obligación normativa, debe tener ciertos datos para abrir una cuenta, refiere el directivo de Finabien.
Hubo otro colocación de más de 200 mil apoyos, a través del Banco del Bienestar, que abrió cuentas, depositó el dinero, y luego trasladó la recuperación a la Tesorería de la Federación, donde todo pago es a través del formato e5cinco, en el que la información puede no contener tanto detalle. También a través del Instituto Mexicano del Seguro Social se extendió el recurso a quienes estaban al corriente de sus contribuciones y no habían despedido gente durante la pandemia.
Derechos de cobro
Actualmente, como parte de las medidas para recuperar recursos, se contrató a los mismos Banorte, Azteca y Santander para contar con esa ventanilla para pagos, sumada a las de las sucursales de Finabien. En la página de Internet y en el sistema interno en cada sucursal se puede obtener el saldo pendiente con CURP; con un número de referencia se puede pagar.
De acuerdo con Chelén esos costos de recuperación no son altos, ya que se tiene infraestructura y sucursales, elementos que igual están ahí, los usemos o no
, así que lo que se logre recuperar va al fideicomiso Microcréditos para el Bienestar.
En el decreto de octubre de 2022, que dio origen a la financiera, se le transfirieron los derechos de cobro
, el aval para recuperar recursos de ambos programas, monto que es la base para que Finabien dé créditos y pueda registrarlos como tales.