Derna. El fiscal general de Libia anunció la apertura de una investigación sobre el derrumbe de dos represas que provocaron una devastadora inundación en una ciudad costera, mientras los equipos de rescate seguían buscando cadáveres el sábado, casi una semana después de la riada que se cobró la vida de más de 11 mil personas.
El fin de semana pasado, las fuertes lluvias de la tormenta mediterránea Daniel causaron inundaciones letales en el este de Libia. Las dos represas se desbordaron y enviaron una pared de agua de varios metros (yardas) de alto a través del centro de Derna que destruyó vecindarios enteros y arrastró a los residentes al mar.
Más de 10 mil personas siguen desaparecidas, de acuerdo con la Media Luna Roja libia. Seis días después, los rescatistas continuaban escarbando en el lodo y entre los escombros de los edificios caídos en busca de cadáveres y posibles sobrevivientes.
Claire Nicolet, responsable del departamento de emergencias de Médicos Sin Fronteras, apuntó que los rescatistas habían encontrado “muchos cuerpos" el viernes y que el operativo seguía en marcha.
“Fue un gran número (...) Desafortunadamente, el mar sigue arrojando muchos cadáveres”, dijo a The Associated Press.
La ayuda es todavía necesaria, incluyendo la asistencia psicológica urgente para quienes han perdido a sus familias, agregó afirmando que los entierros siguen siendo un reto importante, a pesar de algunos avances en la coordinación de los esfuerzos de búsqueda y el reparto de la ayuda.
Las autoridades y los grupos de ayuda han expresado su preocupación por la propagación de enfermedades transmitidas por el agua y por el desplazamiento de artefactos explosivos de los recientes conflictos armados en el país.
Haider al-Saeih, director del Centro Nacional de Lucha contra las Enfermedades, afirmó el declaraciones televisadas el sábado que al menos 150 personas habían padecido diarrea tras tomar agua contaminada en Derna e instó a la población a consumir únicamente el agua embotellada que se reparte.
El fiscal general, Al Sediq al-Sour, dijo que la fiscalía investigará el colapso de las dos represas, que se construyeron en la década de 1970, además de la asignación de fondos para su mantenimiento. Se investigará a las autoridades de la ciudad, así como a los gobiernos previos, agregó.
“Le aseguro a los ciudadanos que, quienquiera que haya cometido errores o negligencias, la fiscalía tomará medidas firmes, presentará una causa penal en su contra y lo juzgará", afirmó en una conferencia de prensa en Derna el viernes por la noche.
La ejecución de la investigación no está clara en un país que se sumió en el caos después de la revuelta popular, respaldada por la OTAN, que derrocó al dictador Moamar Gadafi en 2011. Durante gran parte de la última década, Libia ha estado dividida entre gobiernos rivales — uno en el este y otro en el oeste — que están apoyados por poderosas milicias y patrocinadores internacionales.
Una de las consecuencias es el abandono de infraestructura crucial en un momento en que el cambio climático hace que los fenómenos meteorológicos extremos sean más frecuentes y graves.