Hoy los procesos de transformación política son en general lentos, imperfectos, impuros, impredecibles y de largo plazo y rebasan con creces las vidas de nosotros los mortales. Nuestros legítimos impulsos por la justicia social y ambiental, con toda la pasión que siempre le acompañan, no se verán necesariamente satisfechos en nuestras cortísimas vidas. Para quienes estamos en la etapa final el panorama que hoy vivimos en nuestro país constituye un regalo del cielo. Desde aquí me veo, junto con tantos apreciados camaradas, compañeros, colegas, o su recuerdo, saliendo en 1966 a las calles para protestar por la invasión estadunidense, y luego en 1968 para levantar los adoquines junto a los jóvenes del mundo, y en los 70 contra la destrucción de las selvas tropicales del sureste. Lo que ha avanzado el país en múltiples dimensiones durante estos cinco años me parece muy gratificante, una vez que tapamos los oídos a la vocinglería desesperada de los mayores medios de comunicación y nos vamos al análisis objetivo de los datos.
Por debajo del piso, es decir, subterráneamente, los invisibles del país a través de diversos vasos comunicantes y de redes de todo tipo responden a los apoyos que proceden del Estado y recuperan la esperanza y el entusiasmo por la vida. La miseria parece ceder un poco, pero cede. Me refiero a los 25 millones de familias que reciben al menos un estímulo monetario, en servicio o en especie, y a pesar de la violencia y la inseguridad que no logra descender más que mínimamente. Percibo en general un ánimo nuevo que se expresa en este septiembre patrio en la proliferación de las banderas tricolores. Veo más banderas que antes en las casas, los comercios, las escuelas, los hoteles, los edificios públicos, de todo tipo, y más y más fiestas y celebraciones.
Nutren mi optimismo, no sólo esta mirada de largo plazo, sino indicadores concretos. La contundente aprobación del trabajo del Presidente revelada por todas las encuestas sin excepción, incluyendo la del Centro de Investigación Pew de Washington DC: “El Presidente de México, también conocido como AMLO, es muy popular. Alrededor de 82 por ciento de los mexicanos tiene una opinión favorable… La encuesta detalla que es igualmente popular en todos los grupos demográficos, incluidos de edad, géneros, niveles educativos, grupos de ingresos e ideologías políticas”. A ello se viene a agregar la elección de la candidata a sustituirlo y cuyo perfil es garantía de la continuidad de la filosofía que hoy rige al gobierno. Igualmente la recuperación de la política internacional tanto en su relación con Estados Unidos como en la reintegración latinoamericana. Tras las décadas del periodo dictatorial y la primera oleada de gobiernos progresistas hoy todo está listo para impulsar una Latinoamérica de izquierda poniendo en sintonía a México con Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Honduras, Guatemala y Cuba.
Similarmente, la salud de la política económica y financiera conforma otro logro, tal como señaló el subsecretario de Hacienda: A pesar de los desafíos presentados por la peor crisis económica en 80 años, causada por el covid-19, el manejo fiscal de esta administración ha logrado mantener la deuda estable, no subir los impuestos e incrementar el gasto social y de infraestructura. El programa económico 2024 se encuentra en esta misma línea de coherencia y prudencia fiscal, con la cual se garantiza una transición ordenada hacia la siguiente administración
( La Jornada, 11/9/23).
Igual se debe festejar la política agraria que ha dado un vuelco total al apoyar a 2.8 millones de familias campesinas ignoradas durante los gobiernos neoliberales. Los programas Sembrando Vida y Agricultura para el Bienestar han empoderado a ejidos y comunidades indígenas, y esto se expresa ya en el renacimiento del campesinado mexicano, un hecho certificado por la Convención Nacional Agraria que tuvo lugar el 10 de abril en la Ciudad de México y que congregó a 5 mil autoridades ejidales y comunales de 20 estados (https://acortar.link/Pn7o9U). Y en fin los avances en la educación con los 140 planteles de la Universidades Benito Juárez, donde estudian 60 mil jóvenes de los sectores más marginados, y los nuevos libros de texto gratuitos con una modalidad educativa incomprendida por los sectores conservadores.
En el dramático contexto mundial con la humanidad viviendo la peor crisis ambiental y social de la historia, México y Latinoamérica aparecen como un país y una región igualmente esperanzadores. Lo avanzado en estos cinco años no puede evaluarse objetivamente fuera de los 30 años anteriores. Tampoco ignorando el constante bombardeo de noticias falsas, información descontextualizada, textos hepáticos y reacciones difamatorias, que cada día recibe el gobierno. A pesar de todo seguimos avanzando.