Ciudad de México. Todo parece indicar que el proyecto de presupuesto para el último año de gobierno de la actual administración está diseñado “para ganar las elecciones y afrontar, al menos parcialmente, las realidades fiscales”, afirmó Citibanamex.
De acuerdo con un análisis realizado por el banco, el presupuesto “no es inercial”, ya que está diseñado de una manera diferente y tiene una motivación distinta a la “hiper-austeridad” de los anteriores, con aumentos significativos en algunos rubros.
“En nuestra opinión, la filosofía general es aumentar el gasto en los programas sociales emblemáticos de la administración, consolidar la visión política de esta administración sobre sectores estratégicos, terminar los proyectos de infraestructura emblemáticos y adaptarse, hasta cierto punto, a algunas realidades fiscales”, refirió la institución financiera.
Planteó que la mayor sorpresa para los analistas fue el déficit primario –la diferencia que resulta de los ingresos y los egresos—pues se trata del más elevado en los últimos 20 años.
En este sentido, Citibanamex consideró que con lo presentado hasta este momento, que aún está sujeto a la aprobación del congreso, dejará a la próxima administración más limitada y con una perspectiva fiscal difícil.
“Hasta ahora, la narrativa del mercado respecto al manejo fiscal de México bajo la presente administración ha sido de un apretamiento y austeridad, aunque pensamos que está visión cambiará”, enfatizó.
Lo anterior, refirió, toda vez que los requerimientos del país serán los mayores desde que el indicador se comenzó a medir en el año 200, además que se estima un crecimiento económico “relativamente bajo y tasas de interés elevadas, lo cual implica una dinámica de deuda creciente”.
“Este presupuesto sería un piso para la siguiente administración (proyectamos en el escenario base que lidere Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena): sería políticamente costoso echar para atrás los programas sociales, riesgoso negar el apoyo a Petróleos MExicanos, y difícil acomodar nuevas prioridades, en un contexto de presiones no discrecionales”, apuntó.
Asimismo, señaló, si la siguiente administración no tiene un control político férreo como el actual, podrían emerger presiones adicionales, por ejemplo, por los gobiernos subnacionales que han sido contenidos y por otros intereses que podrían exigir una parte del presupuesto a cambio de gobernabilidad.