General Motors dijo el jueves que ofreció a los trabajadores un aumento salarial de 10 por ciento y dos pagos adicionales de suma única de 3 por ciento durante cuatro años en su oferta al sindicato United Auto Workers (UAW), en una medida antes de la expiración del contrato el 14 de septiembre.
La semana pasada, Ford dijo que había ofrecido un aumento salarial de 9 por ciento hasta 2027 y pagos de suma única de 6 por ciento, mucho menos que el alza salarial de 46 por ciento solicitada por el sindicato.
La UAW afirmó que 97 por ciento de sus miembros votó a favor de autorizar una huelga si no se llega a un acuerdo. GM destaca que la subida salarial es la mayor propuesta desde 1999.
También ofrece un pago único relacionado con la inflación de seis mil dólares y cinco mil dólares en primas de protección contra la inflación durante la vigencia del convenio, junto con una prima de ratificación de cinco mil 500 dólares.
El presidente de la UAW, Shawn Fain, respondió que la oferta de GM era “una propuesta insultante que no se acerca a un acuerdo equitativo para los trabajadores del automóvil de Estados Unidos”.
La semana pasada, la UAW presentó ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales una denuncia por prácticas laborales desleales contra GM y Stellantis, alegando que se negaban a negociar de buena fe.
Las reivindicaciones del sindicato incluyen un aumento salarial inmediato de 20 por ciento, seguido de cuatro subidas salariales anuales de 5 por ciento, pensiones con prestaciones definidas para todos los trabajadores, semanas laborales de 32 horas y aumentos adicionales relacionadas con el costo de la vida.
La UAW también quiere que todos los trabajadores temporales de los fabricantes de automóviles de Estados Unidos pasen a ser fijos.
Stellantis, matriz de Chrysler, dijo el miércoles que tenía previsto presentar una contraoferta a la UAW esta semana.
J.P.Morgan afirmó el jueves que las interrupciones en la cadena de suministro derivadas de una posible huelga de la UAW reducirían la producción de vehículos nuevos, harían subir los precios de los autos usados y presionarían sobre los márgenes del negocio de seguros de automóviles personales.