Madrid. La jugadora de la Selección femenina española de futbol, Jennifer Hermoso, que también forma parte de la escuadra del Pachuca, finalmente decidió presentar una querella penal contra el todavía presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, por un presunto delito de agresión sexual, por el que le podrían condenar a una pena de hasta cuatro años de cárcel. Rubiales está suspendido temporalmente por la parte de la Federación Internacional de Futbol (FIFA) de todas sus actividades nacionales e internacionales, pero si finalmente los tribunales deportivos deciden que no cometió ninguna falta “muy grave” como para ser apartado de sus funciones podría volver al cargo, según los estatutos de la propia federación española y de los organismos internacionales.
La imagen que dio la vuelta al mundo fue la del beso forzado a Hermoso, que además fue el detonante para que Rubiales fuera suspendido de forma provisional por la FIFA, se abriera una denuncia ante el Tribunal Administrativo Deportivo español (TAD) y se adoptaran medidas cautelares por la propia RFEF, como la suspensión de su sueldo, de sus prestaciones como directivo -como el vehículo oficial, el teléfono celular o los gastos de representación-, al menos hasta que resuelva el expediente. Pero además de la investigación ante el TAD, que es un órgano de disciplina deportiva, la Fiscalía General del Estado decidió abrir unas diligencias de investigación en el seno de la Audiencia Nacional, que para que se formalizaran requerían de que la víctima, es decir Jenni Hermoso, formalizara su denuncia penal. Hasta ahora la jugadora había sido reticente a hacerlo, pero finalmente el pasado lunes por la noche y bajo medidas estrictamente confidenciales, la mediocampista decidió hacerlo, con lo que se abre la vía de un juicio penal inminente en el que tendrán que comparecer ante un tribunal tanto la víctima como el victimario, es decir Rubiales, quien hasta ahora sólo ha abierto la boca para dirigirse al asunto dos veces: la primera en la Asamblea Extraordinaria que convocó al volver de Australia y la segunda a través de un comunicado, en respuesta a unas declaraciones de Hermoso en las que aseguraba que se había sentido agredida durante la celebración y que en ningún caso había sido un acto de consentimiento mutuo, tal y como sostiene Rubiales.
El ya ex seleccionador femenino Jorge Vilda, que fue destituido el pasado lunes de su cargo, se dijo víctima de una injusticia. Vilda había apoyado sin fisuras a Rubiales; de hecho fue uno de los que presionó a Hermoso durante el vuelo de regreso de Australia para que hiciera un comunicado conjunto con Rubiales para decir que el beso forzado fue un acto consentido y de mutuo acuerdo, además de haber sido uno de los miembros de la RFEF que aplaudió con más fervor el discurso del presidente durante la Asamblea Extraordinaria. En una entrevista radiofónica, Vilda explicó: “Ha sido una breve reunión con Pedro Rocha (presidente en funciones de la RFEF) y con la presidenta de igualdad. ¿La explicación que me dieron? Cambios estructurales. Después de 17 años en el futbol femenino, después de dejarme la piel como trabajador de la selección, no lo entiendo y no me parece justo”.