Ciudad de México. Esta temporada Sergio Pérez parece acostumbrado a sobresalir cuando todo está en su contra. Las calificaciones previas a las carreras no han estado de su parte y el sábado en el circuito de Monza, Italia, tuvo complicaciones con los neumáticos suaves, pero aun así se coló al puesto cinco en la parrilla de salida y como un verdadero especialista en crisis remontó ayer durante la competencia para ofrecer una actuación, mitad arrojo, mitad pericia, y terminar segundo en el podio. La osadía de Checo permitió el 1-2 del equipo Red Bull, que una vez más, como en lo que va del campeonato, se quedó el puesto de honor con el primer lugar de Max Verstappen, la décima victoria consecutiva del neerlandés.

“Es una buena estadística”, dijo Verstappen en la radio del equipo tras la victoria, piloto que ha ganado 12 carreras de las 14 disputadas, las dos restantes las conquistó su compañero, Sergio Pérez.

Fue otra actuación perfecta para el dos veces campeón del mundo y para Red Bull. Verstappen superó a su compañero mexicano por 6.062 segundos. Carlos Sainz Jr, de Ferrari, fue tercero, 11.193 segundos por detrás del holandés y por encima de su coequipero Charles Leclerc. Los dos Ferraris batallaron para quedarse con el último lugar del podio en la icónica pista de Monza.

Ferrari corría en casa, pero ni el apoyo de los tifosi que los alentaban lograron que Sainz alcanzara al mexicano, que daba una batalla épica desde el quinto puesto y ganaba palmo a palmo, primero en un duelo con el británico George Russell, de Mercedes.

Verstappen inició segundo detrás de Sainz, pero eventualmente lo superó al comenzar la vuelta 15 y desde ese momento –como en el resto de la temporada– nadie pudo mantener el paso de Red Bull.

El récord parecía al alcance después de que Verstappen comenzó a ampliar su ventaja en el primer lugar y se colocó con cinco segundos de ventaja cinco vueltas después.

El monoplaza del tapatío. Foto Ap

Checo atacó de manera insistente a Sainz mientras se mantenía atento de no ceder en un descuido a Leclerc, que lo seguía de cerca.

El mexicano no logró rebasar al español hasta la vuelta 46; en adelante se obstinó por poner tierra de por medio, pero al final admitió que rebasar fue particularmente difícil en esta carrera.

“Sobre todo, porque los Ferrari tenían mucha velocidad en rectas”, contó Checo; “tuve que frenar en el segundo o tercer punto y no me acercaba tanto a ellos. La lucha con Carlos Sainz fue extrema, porque utilicé mucho mis neumáticos”.

Sergio narró que tuvo que presionar mucho a Leclerc y consideró que ambos libraron una verdadera batalla por no rezagarse ante el otro, en un duelo que ganó el mexicano. Una vez que dejó atrás al monegasco se concentró en perseguir a Sainz y tratar de rebasarlo.

Fue una disputa al límite, porque Checo empezó desde el quinto lugar en la pelea con Russell. Incluso, no atendió del todo las indicaciones del equipo por radio, o al menos no lo hizo al pie de la letra.

“Hubiéramos hecho las cosas más fáciles si hubiera escuchado al equipo cuando me hablaron, pero teníamos el miedo a que le diera ventaja a Russell”, contó Pérez.

El final fue de ensueño con Red Bull como equipo con dominio absoluto del campeonato, un Verstappen que incrementa su liderato en la cima de la clasificación de pilotos a 145 puntos de ventaja de su más cercano perseguidor, Checo Pérez, que suma 219 y le lleva 49 unidades al español Fernando Alonso, quien marcha tercero.

(Con información de Ap)