Ciudad de México. Debido a que se tuvo que buscar un camino alternativo para acceder al llamado Chichén Viejo, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, en Yucatán, los arqueólogos hallaron una “interesante pieza” que tiene evocaciones a la figura maya tolteca de un atlante, pero también tiene un rostro muy sugerente que lo vincula con evocaciones huastecas, informó el titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto.
Al presentar el informe quincenal de los avances en los trabajos antropológicos paralelos a la construcción del Tren Maya, el funcionario remarcó que Chichén Viejo constituye la primera ciudad que se alzó previo a la edificación de la ciudad que actualmente se conoce y que es considerada una de las nuevas siete maravillas del mundo.
En la mañanera de este jueves, ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, Prieto también presentó un video sobre la zona arqueológica de Palenque, en Chiapas, donde se destacó el hallazgo de varias osamentas y otros elementos como navajillas que permitirán profundizar en el estudio de las poblaciones que se asentaron en esta región durante el esplendor de la cultura maya ancestral.
Los trabajos arqueológicos que se realizan a la par de la construcción del Tren Maya, indicó el director del INAH, han obtenido el registro de 54 mil 232 bienes inmuebles de diferente carácter: unidades habitacionales, cimentaciones de edificios, casas u otras construcciones, plazuelas, palacios, templos, edificios abovedados, caminos blancos, gran cantidad de albarradas que delimitan predios sobre todo en la zona norte y oriente de la península.
Refirió que el objetivo del salvamento arqueológico representa la necesidad de ir registrando, analizando, recuperando, restaurando en la medida de lo posible y preservando los materiales y la información arqueológica que va surgiendo de la mano de los trabajos no sólo en los derechos de vía sino también en las obras complementarias al proyecto ferroviario.
El funcionario detalló que las labores han conseguido recuperar un millón 233 mil 777 fragmentos de cerámica que nos permiten conocer densidades, intercambios, movimientos migratorios; se han restaurado mil 139 piezas, se encontraron mil 925 muebles de diferente carácter y 2 mil 252 bienes naturales asociados a la presencia de grupos humanos “que acreditan que vamos muy de la mano con la tarea de preservar los contextos naturales”, al igual que 646 osamentas.