Comalapa. Las organizaciones de mujeres indígenas y de víctimas de la guerra que terminó hace menos de 30 años —un pasado todavía muy presente en las heridas profundas de este país— lamentan que el tema de la memoria, la verdad y sobretodo el resarcimiento del daño esté tan ausente de la política, las campañas electorales y las agendas de los candidatos, sostiene Rosalina Tuyuc, fundadora de Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala, una de las organizaciones más influyentes y reconocidas que surgieron del conflicto armado.
La lideresa kaqchikel —cuyos padre y esposo aún siguen desaparecidos desde su secuestro en los ochenta— fue diputada en el Congreso en 1995 y en la presidencia de Óscar Berger 2004-2008 fue nombrada presidenta de la Comisión Nacional de Resarcimiento.
Su sentir este domingo electoral va del temor a la esperanza. Temor “de que si gana Bernardo Arévalo de Movimiento Semilla no lo dejen gobernar”. Y esperanza porque, si bien ella y muchos colectivos han leído sus propuestas de gobierno y le ven muchas debilidades en materia de derechos indigenas, reconocen en este diplomático y académico a un hombre dispuesto a sentarse a escucharlos.
Asegura que todos los presidentes de Guatemala de la posguerra, desde Vinicio Cerezo hasta este último, el saliente Alejandro Giammattei, dieron siempre la espalda a las víctimas.