La Paz, BCS. El senador del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, señaló que la discusión de la derecha sobre los libros de texto gratuitos es verdaderamente infame, así como el hecho de que quieran detener su distribución cuando hay niños y niñas que por primera vez van a tener un libro que es suyo y les da condiciones de igualdad.
En la sede del Colegio de Ingenieros de Baja California Sur, el aspirante a coordinar los comités de defensa de la cuarta transformación, dijo que desde que se creó la comisión nacional de libros de texto gratuitos la derecha los calificó de comunistas, por lo que “hoy nuevamente vienen con lo mismo”.
Expresó que es impresionante que haya una discusión sobre los libros de texto gratuitos en un país que no lee, de tipos que dicen que leyeron en dos días más de una docena de libros, lo cual evidentemente no fue así.
Señalan, dijo, que la materia de aritmética tiene muy pocas hojas, pero “imagínense que la ingeniera Gálvez a la hora de sumar las acciones de su empresa dice que el marido tiene 30 (por ciento), ella 80 y su hija 20, lo que da 130, y ella tuvo un libro de texto completo, entonces a lo mejor sí hay que revisar ese tema”, expresó.
Al hablar sobre algunos de los problemas de Baja California Sur planteados por los ingenieros civiles, Fernández Noroña consideró que los políticos y los técnicos tienen que hacer un alto en el camino para decidir si el tipo de desarrollo que se tiene debe continuar, “que yo creo que no”, o hay que cambiar.
Precisó que problemas como el del agua no son solo de La Paz y Los Cabos, de Baja California Sur o de México, sino de toda la humanidad, derivado de un modelo económico que contamina, deforesta, arrasa bosques y selvas, interrumpe los ciclos naturales que permiten la generación del agua, y convierte vergeles en desiertos.
Dijo que se deben plantear si las ciudades deben seguir creciendo o sería más sensato que la gente comience a apostar a un desarrollo donde las comunidades tengan acceso a todos los servicios de salud, educación, centros deportivos, bibliotecas, salas de juego y cines.
“Creo que habría que plantearnos otro sistema económico donde la acumulación de la riqueza no sea la idea fundamental, sino el ser humano en armonía con la vida y el planeta, bajo el entendimiento de que ni todo el dinero del mundo te compra un segundo de vida más en esta tierra, y por más que acumules cuando te chupe la bruja no te vas a llevar nada”, expresó.
