Madrid. El Partido Popular (PP) y la extrema derecha Vox sellaron su cuarto pacto de gobierno autonómico, en esta ocasión en Aragón, que se suma a la Comunidad Valenciana, a Castilla y León y a Extremadura. Esta alianza supone que más de nueve millones 600 mil ciudadanos residentes en España están bajo la tutela de un gobierno de este cariz, con un partido, Vox, que niega la existencia de la violencia de género, que también desconoce los efectos del cambio climático y que defiende abiertamente el legado de la dictadura fascista de Francisco Franco.
Mientras continúan de forma soterrada, casi clandestina, las negociaciones para la futura investidura de la presidencia del gobierno, a raíz de las elecciones generales de pasado 23 de julio, en municipios y comunidades autónomas se están cerrando los acuerdos para la formación de los gobiernos surgidos de las urnas de los comicios del pasado 28 de mayo, cuando se renovaron todos los ayuntamientos del país y 13 de las 17 comunidades autónomas.
El nuevo presidente de Aragón será Jorge Azcón, del PP, tras sellar un acuerdo con Vox y con el Partido Aragonés Regionalista (PAR), con el que sustituye al socialista Javier Lambán, uno de los políticos de la izquierda regional con más prestigio y reconocimiento. Pero la aritmética parlamentaria le dio el gobierno al bloque de la de
recha, gracias a los 28 escaños del PP, los siete de Vox y el diputado del PAR, con lo que sumaron 36 diputados, frente a los 31 del bloque de la izquierda.
El acuerdo de gobierno contempla una vicepresidencia y dos consejerías para Vox, entre ellas una de nuevo cuño que desarrollará las políticas “familiares”. En el programa conjunto, que contempla hasta 80 puntos en común, se pretende entre otras cosas derogar la nueva ley de memoria democrática, la refgomra de la ley trans regional y la supresión paulatina del impuesto de sucesiones, como se ha hecho en otras comunidades autónomas donde gobierna la derecha, como Madrid, Murcia o Galicia.
El nuevo presidente aragonés justificó su alianza en que “no había alternativa” y que o cerraba un pacto con Vox o hubiera tenido que “someter a los aragoneses a unas nuevas elecciones hasta que el resultado favorezca al PSOE”. Azcón explicó durante su discurso de investidura que “ganar las elecciones no es un objetivo en sí mismo, la auténtica carrera empieza cuando se llega al Gobierno, y ahora los ciudadanos esperan que estemos incluso por encima de las ideologías y les ayudemos a resolver sus problemas”.
Mientras se selló el pacto en Aragón, en la cúpula de Vox en Madrid se siguen sucediendo los desencuentros y las dimisiones después de la renuncia a su escaño y su abandono de la vida política de Iván Espinosa de los Monteros, un líder histórico de la formación y hasta ahora vocero del grupo parlamentario. En esta ocasión decidió renunciar a su acta de diputado Juan Luis Steegmann, un médico que se convirtió en el vocero de la formación ultra durante la pandemia, en la que defendió activamente la vacunación y las medidas preventivas.
A la espera de que a partir del próximo 17 de agosto se forme la Mesa del Congreso, es decir el órgano de gobierno del Parlamento español, en la que se verán los equilibrios de fuerza entre la derecha y la izquierda, desde Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) se reiteró su apoyo al candidato del PSOE y presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Además de que adelantaron algunas de las cesiones alcanzadas durante las negociaciones, entre ellas la posibilidad de que ERC cuente con grupo parlamentario propio a pesar de que por su número de diputados (siete) no tendría derecho, pero con la cesión de algunos diputados del PSOE se podría desbloquear el asunto, que le permitirá además de tener más recursos materiales también dispondrá de más minutos durante los debates parlamentarios. La número dos de ERC por Barcelona, Teresa Jordà, explicó que la prioridad de los independentistas es que el órgano de gobierno de la Cámara Baja sea “progresista” y que no es su prioridad disponer de una vicepresidencia o de una secretaría, además de confirmar que lo más probable es que la presidencia del Congreso recaiga en un diputado socialista”.
El ministro en funciones de la Presidencia, Félix Bolaños, uno de los hombres más cercanos al presidente Sánchez, acudió a recoger su acta de diputado al Parlamento. en un primer gesto para acelerar las negociaciones con los partidos nacionalistas de cara a la investidura. De momento poco ha trascendido sobre las conversaciones y sigue en el aire el potencial apoyo de los siete diputados de Junts per Catalunya (JxCat), liderados por el ex presidente Carles Puigdemont, que tienen la llave de la formación de un nuevo gobierno o, en su defecto, de una eventual repetición electoral.
