San Cristóbal de Las Casas, Chis. Más de 60 organizaciones de pueblos mesoamericanos afirmaron que frente a la apropiación de territorios de los pueblos originarios para la explotación de minas y otros megaproyectos, es fundamental la construcción de gobiernos autónomos para preservar la integridad cultural, social y humana de sus comunidades.
Agregaron que para ello es indispensable continuar fortaleciendo la soberanía alimentaria, generar modelos comunitarios de manejo de bosques y seguir sus propios mecanismos de comunicación frente a los medios convencionales, en su mayoría cómplices del gran capital.
En una declaración difundida después del Encuentro mesoamericano de movimientos sociales en resistencia, efectuado el 4 y 5 de este mes en la comunidad La Técnica, Las Cruces, departamento de El Petén, Guatemala, rechazaron “categóricamente” los monocultivos y el modelo extractivista.
“Durante estos días dialogamos sobre el impacto del modelo extractivo, que acapara grandes extensiones de territorio, contamina los ríos y otras fuentes de agua, desplaza población y provoca oleadas de migración forzada, aniquila bosques y selvas, anula la soberanía alimentaria y la autogestión de los pueblos, provoca la apropiación de los bienes comunes naturales y culturales por parte de las grandes corporaciones trasnacionales e incide dramáticamente en el calentamiento global”, manifestaron.
Todo ello, abundaron, “a través de megaproyectos como la minería, las represas, los monocultivos -palma de aceite, teca, pino, piña, caña de azúcar-, la construcción de aeropuertos, oleoductos y gaseoductos, supercarreteras, trenes, infraestructura para turismo de élite y pozos petroleros, entre otros, en un entorno de militarización, criminalización de la lucha social y represión crecientes”.
Defendieron los modelos comunitarios de manejo de bosques, que permiten la autonomía de los pueblos y la continuidad de la vida, al tiempo que reconocieron como estratégico el conocimiento de marcos legales institucionales que ayuden a la protección o restauración de bosques, en áreas rurales y en contextos urbanos.
“Ratificamos el derecho a la defensa de la tierra y el modo de vida y organización tradicionales como base de garantía del buen vivir. Nos comprometemos a buscar formas de involucrar a las futuras generaciones para que continúen la defensa de nuestros bienes naturales y culturales”, expresaron en el documento.
Las agrupaciones que “desde Panamá hasta México y organizaciones de otros países aliados” participaron en la reunión, declararon el 5 de agosto como Día del hermanamiento de bosques a nivel nacional y mesoamericano.
Sostuvieron que “empresas semilleristas transnacionales como Bayer/Monsanto y Syngenta, entre otras, están imponiendo sus intereses por encima del derecho humano a la alimentación y la protección de la madre tierra”.
Consideraron a la agroecología como “el sistema ideal para superar la crisis alimentaria, combatir el cambio climático y revalorar el aporte de los pueblos originarios en la producción de alimentos, sobre todo el trabajo de las mujeres, que es fundamental e incalculable”
Subrayaron que “el aniquilamiento de nuestras fuentes de agua está en manos de las grandes trasnacionales, que logran además infiltrarse en las cúpulas de gobierno y de poder, generando la colusión de la institucionalidad con los proyectos extractivistas y sin control de estas compañías”.
Ante esta realidad, reiteraron, “las diversas etnias indígenas y comunidades locales que defendemos la madre tierra exigimos a los Estados nacionales la garantía y el respeto del ejercicio de la libre determinación de los pueblos mesoamericanos”.