Un arcoíris en llamas, el prístino cielo azul de fondo, visten la portada de ÁTTA, el nuevo disco que la banda Sigur Rós lanzó después de más de 10 años, y que marcael regreso del tecladista Kjartan Sveinsson. El mundo se está acabando, la naturaleza está muriendo, los desastres climáticos ocurren uno tras otro
, declaró Jónsi, vocalista del grupo islandés. En esta vorágine nació el álbum, con la conciencia del pesimismo que aparece en las redes sociales.
No es sombrío, pero sí pesado y esperanzador al mismo tiempo
, calificó el trabajo sonoro uno de los tres artífices de las 10 canciones en los que están acompañados por la London Contemporary Orchestra, con la dirección de Robert Ames.
Los paisajes de la inhóspita y remota Islandia vuelven a cobrar vida entre las notas sintéticas y las cuerdas por una hora y 10 minutos. La voz aguda de Jónsi, quien además suele usar un arco de chelo para rasgar su guitarra acústica, transportan a un lugar etéreo, brumoso, sombrío y dulce, de auroras boreales en la oscuridad, ondas acuáticas que se abren lentamente sobre el frío azuláceo de cuevas inundadas por el océano y playas de arena negra.
En una entrevista para la Radio Pública Nacional en Estados Unidos (NPR, por sus siglas en inglés) Jón Þór Birgisson, Jónsi, relató que el disco fue una especie de accidente
. Después de mucho tiempo, cuando Kjartan estaba de visita en Los Ángeles, teclado y guitarra vibraron en un momento improvisado en el sótano de la casa. Es increíble tocar con viejos amigos, porque de alguna manera se siente muy natural. Sientes que nada ha cambiado a través de los años, las cosas salen, empiezas a escribir canciones y melodías
.
Así fue el comienzo de ÁTTA. Luego llegó la pandemia y los momentos de soledad. Finalmente se unió el bajista Georg Hólm. Lareunión incluyó cruzar continentes, pues las grabaciones se hicieron en los estudios Sunlaugin, en Islandia, los legendarios Abbey Road en Londres (por donde pasaron The Beatles y Pink Floyd), y otros más en Estados Unidos.
El anterior disco de Sigur Rós fue Kveikur, en 2013 y después sus integrantes se separaron para dedicarse a sus proyectos propios. En 2010 la banda ya había anunciado un descanso indefinido, del que regresó en 2012 con Valtari.
Sigur Rós había seguido con sus giras mundiales (apenas el añopasado ofrecieron fechas en México), pero la sequía de discos permaneció hasta ahora con su octavo disco y el retorno del viejo amigo multinstrumentista Sveinsson. En el medio, estuvo la salida del baterista Orri Páll Dýrason, después de acusaciones de abuso sexual.
Gira por Europa, EU y Canadá
El periodista Bob Boilen, entrevistador para la sesión con Jónsi en NPR, consideró maravilloso pensar que estos tres músicos, quienes tocan desde que estaban en sus primeros 20, encontraron la manera de regresar a estar juntos.
Los 10 temas del material discográfico se publicaron en plataformas digitales en junio, con algunas sesiones de escucha, así como una grabación con preguntas y respuestas con sus fans en YouTube. La versión física se comenzará a distribuir a partir del primero de septiembre, con ediciones de viniles de colores. La publicación del disco coincidió con el inicio de su gira por Europa, Estados Unidos y Canadá en la que están acompañados por una orquesta.
ÁTTA, que significa ocho, hace volver al Sigur Rós que conocemos desde su primer disco en 1997, con la belleza, minimalismo y coros que hacen imaginar los monasterios medievales, sin decepcionar a los seguidores ni sorprender con abruptas innovaciones.
Blóðberg es la segunda canción del disco. Así se llaman los tomillos silvestres del ártico, los cuales crecen en las tierras altas. Para Jónsi la letra que canta en su idioma original se siente como si alguien estuviera dando su último aliento
.
Pero estas florecitas rosadas, aromáticas y vibrantes, son agradables de encontrar en la naturaleza sombría e incolora
. Para el cantante, aunque el mundo se está acabando, es como volver a Islandia en un día de verano perfecto y hermoso en el que brilla el sol, te acuestas sobre el musgo y respiras
.