Francisca Victoria Calvo Zapata, la guerrillera que comandó el primer secuestro político en la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1971 en momentos en los que la lucha armada se expandía en algunas regiones del país, falleció esta mañana a los 83 años.
“Murió como vivió, siempre luchando. Durante 25 días resistió en terapia intensiva luego de padecer una larga enfermedad. Falleció cuando iba a ser dada de alta, señaló su hijo Tomás Pliego Calvo.
En una entrevista reciente con este diario (20 de febrero), la primera que concedió en 50 años, Paquita Calvo, como era conocida, habló de la acción guerrillera en la que participó, y que impactó fuertemente en su momento: “Nuestra lucha no fue en vano. Un error histórico, quizá. Un error necesario. Lo que hicimos había que hacerlo. Porque las masacres de Tlatelolco y Jueves de Corpus no podían quedar impunes, con esas plazas, esas calles llenas de jóvenes asesinados. Eso no”.
Nacida un día de San Francisco, 4 de octubre de 1939, Paquita compartió aula y aventuras estudiantiles con Carlos Monsiváis en la preparatoria de San Idelfonso. Posteriormente entró a la Facultad de Derecho de la UNAM.
Medio siglo atrás, formó parte del Frente Urbano Zapatista (FUZ), el grupo insurgente que secuestró al funcionario y empresario Julio Hirschfeld Almada en tiempos de Luis Echeverría. Lo liberaron a cambio de un rescate de tres millones de pesos de los de entonces. Meses antes habían la sucursal del Banco Nacional de México en la colonia Del Valle. El dinero obtenido se destinó a la compra de armas para los grupos guerrilleros que combatían en las montañas. Tenía 31 años.
El FUZ solo duró activo tres años. Fue pionero del accionar guerrillero en la capital, en momentos en los que el Ejército negaba rotundamente la presencia de la insurgencia en el Distrito Federal. Todos sus militantes fueron capturados y torturados en el Campo Militar cinco meses después; a todos les costó una sentencia de 30 años de cárcel. Cumplieron siete.