Madrid. El recuento de los ciudadanos españoles residentes en el exterior otorgaron un escaño más al derechista Partido Popular (PP), que ahora tiene 137 diputados, que equilibra la representación de la izquierda y la derecha en el Congreso de los Diputados. Esto significa que una futura investidura del socialista Pedro Sánchez necesitará del voto a favor de Junts per Catalunya (JxCat) y no sólo su abstención, como era hasta ahora.
Los resultados de las elecciones del pasado 23 de julio ya se cerraron definitivamente, después del escrutinio de los votos llegados desde fuera del país. En total hay más de dos millones 350 mil ciudadanos españoles vivienda en el extranjero, de los cuales únicamente votaron 230 mil. Es decir, que uno de cada diez decidieron emitir su voto. Una cifra bastante baja, pero ligeramente superior -un tres por ciento- que en los comicios del 2019.
Después de una larga jornada de conteo de los votos, en el que estuvieron presentes los representantes de todos los partidos políticos, únicamente hubo una variación, que fue en la circunscripción de Madrid, en la que el PP le arrebató a su principal adversario, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), un diputado que a la postre puede resultar clave.
Con este cambio, el reparto de los escaños definitivo queda de la siguiente manera: el PP, que fue el más votado, tendrá 137 diputados; el PSOE, 121, uno más que en los comicios de hace cuatro años; Vox, con 33 sigue siendo la tercera fuerza; la coalición de izquierdas Sumar, a la que se sumó Podemos, tiene 31; mientras que las fuerzas nacionalistas y periféricas se mantienen igual. Es decir, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) mantiene sus siete diputados; EH-Bildu, seis; el Bloque Nacionalista Galego, uno; JxCAt, siete; Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria (CC), que tiene un diputado cada uno.
Con esta distribución de los escaños, el bloque de la derecha, es decir PP, Vox, CC y UPN tiene 172 diputados, mientras que una potencial alianza para apoyar la investidura de Sánchez, en la que estarían las fuerzas independentistas de izquierda y de derecha, tambiéns sumarían 172, con lo que todo dependería del voto a favor de JxCat, que es la única fuerza política que no ha garantizado su apoyo a la reelección de Sánchez. El partido nacionalista catalán está dirigido desde Bélgica, Waterlooo, por el ex presidente catalán Carles Puigdemont, que se refugió en este país en octubre del 2017, cuando fracasó la declaración unilateral de indepedencia y se activaron los procesos judiciales contra los líderes que impulsaron este proceso.
Este cambio en el reparto de los escaños hace aún más complicadas las negociaciones para la investidura, además de reforzar, aún más, la posición de los independentistas catalanes y vascos, que tienen la llave de la gobernabilidad en España y que reclaman a cambio dos reivindicaciones añejas: el reconocimiento del derecho de autodeterminación por la vía de un referendo vinculante y la amnistía para todos los procesados por su participación en el proceso de secesión fallido del 2017.