Moscú. El presidente Vladimir Putin –al hablar este viernes en la sesión plenaria que clausuró la segunda cumbre Rusia-África, celebrada en San Petersburgo el 27 y 28 de julio– dijo que “en total, Rusia ha condonado 23 mil millones de dólares de deuda que tenían los países africanos y, de acuerdo con las peticiones más recientes, estamos dispuestos a aliviar esa deuda con otros 90 millones”.
Hace cuatro años en Sochi, en la primera cumbre en la costa del mar Negro, ya se había hecho público que Moscú perdonó cerca de 20 mil millones de dólares de la deuda que tenían los países africanos desde la época soviética. Por tanto, en ese periodo, se acumularon 3 mil millones de dólares, que ahora Rusia aceptó condonar, junto con el anuncio de hacerlo con 90 millones adicionales.
Anoche (a primera hora del viernes aquí, por la diferencia de horas), el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Antonio Guterres, de acuerdo con un despacho de la agencia Reuters, comentó de manera indirecta la oferta de Putin de donar cereales a seis países africanos:
“Es obvio que si usted retira del mercado millones de toneladas de granos eso lleva a precios más elevados que los que había cuando los cereales ucranios tenían acceso normal a los mercados internacionales”, afirmó.
Y sentenció: “Habrá una subida de precios que van a pagar todos y en todos lados, sobre todo los países en desarrollo y los sectores vulnerables en los países de ingresos medios e incluso en los desarrollados. Por eso un puñado de donaciones a algunos países no resuelve las consecuencias realmente serias que afectan a todos sin excepción”.
En esta cumbre, el Kremlin no escatimó gestos –entre otros, condonación de deuda; oferta de entregar hasta 300 mil toneladas de cereales gratis; mención de once misiones de ayuda humanitaria en los tres años recientes; concesión de preferencias comerciales; actitud positiva respecto a la iniciativa de paz africana– para contentar a sus invitados y aminorar su preocupación por el retiro de Rusia del llamado pacto de los cereales de Estambul.
Pero en no menor grado, y acaso como objetivo principal de esta reunión, lo hizo para no verse rezagado en la carrera por ganar influencia en África frente a sus competidores: Estados Unidos, varios países europeos y China.
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