El Fondo Monetario Internacional (FMI) mejoró su previsión de crecimiento para la economía mexicana este año, al pasarla del 1.8 por ciento pronosticado tres meses atrás, en abril, a 2.6 por ciento en su más reciente actualización de Perspectivas de la Economía Mundial.
El alza viene de un rebote propio de la reactivación de la actividad económica tras la pandemia de coronavirus, de que el sector servicios se está afianzando y de los efectos de la demanda de Estados Unidos, explicó el organismo en su informe.
Para 2024, el FMI redujo de 1.6 a 1.5 por ciento su perspectiva de crecimiento sobre México, lo cual se explica por el aumento de la base de comparación en 2023. Para ambos años, el organismo anticipa que el país crezca más que Brasil, la economía más grande de América Latina y el Caribe, para la que se prevén avances de 2.1 por ciento este año y de 1.2 para el siguiente.
Se espera que América Latina y el Caribe experimente una disminución del crecimiento
respecto al año pasado, publicó el organismo. Anticipa que la actividad económica en la región avance 1.9 por ciento en 2023, por encima del 1.6 por ciento previsto en abril. Para el próximo año se considera un avance de 2.2 por ciento.
El pronóstico del FMI se encuentra más cercana a lo calculado por analistas del mercado consultados por Citibanamex, cuyo consenso fue de 2.4 por ciento en el más reciente ejercicio, también se encuentra por arriba del 2.3 por ciento del escenario central calculado por el Banco de México, pero aún dista del 3 por ciento calculado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
El organismo destaca que para la economía mundial se espera un avance de 3 por ciento este año y el próximo, en el primero se observa una mejora respecto al 2.8 por ciento de las proyecciones de abril. Al tiempo se calcula que la inflación mundial cierre en 6.8 por ciento, por debajo del 7 publicado anteriormente. En el caso de Estados Unidos aumentó de 1.6 a 1.8 el pronóstico para 2023 y redujo de 1.1 a uno por ciento la de 2024.
Riesgo inflacionario
El FMI advirtió que la inflación se podría mantener elevada o incluso aumentar en caso de que se presenten shocks, como una intensificación de la guerra en Ucrania o por eventos relacionados con condiciones climáticas extremas que se traduzcan en mayor apretamiento en las políticas monetarias que a su vez reviva las turbulencias en el sector financiero.
Un crecimiento más fuerte y una inflación más baja de lo esperado son buenas noticias, lo que sugiere que la economía global se dirige en la dirección correcta. Sin embargo, aunque algunos riesgos adversos se han moderado, la balanza sigue inclinada a la baja
, enfatizó. Entre ellos, la pérdida de impulso en la actividad por efecto de la política monetaria y la inflación subyacente que en varias economías no cede.
El FMI destacó que hay una mejora en las perspectivas mundiales, pero la desaceleración refleja el efecto indirecto de políticas dañinas
. Entre ellas, el aumento de la fragmentación geoeconómica y el progreso insuficiente en la transición climática que dejará a los países más pobres expuestos a choques climáticos severos y al aumento de las temperaturas.
Por ahora la desaceleración se concentra en las economías avanzadas, donde el crecimiento caerá de 2.7 por ciento en 2022 a 1.5 por ciento este año. En los mercados emergentes y las economías en desarrollo se espera una aceleración del crecimiento interanual de 3.1 por ciento en 2022 a 4.1 por ciento este año y el próximo, liderado por las economías asiáticas, mientras muchos productores de materias primas sufrirán una disminución en los ingresos por exportaciones.