Ciudad de México. El artista Artemio Narro en Sangre, proyecto conceptual conformado por 49 obras, realiza una reflexión sobre la historia de la pintura a partir del uso del corpúsculo rojo en los cuadros de Goya, Rembrandt, Caravaggio, Tiziano y Frida Kahlo, entre otros.
La exhibición Artemio. Sangre, que se presenta en el Museo Amparo de Puebla desde el 13 de mayo y hasta el 28 de agosto, parte de la apropiación y la reinterpretación del artista, al destacar la presencia de la sangre eliminando el resto de los elementos de las pinturas de otros creadores.
“Mi reflexión tiene que ver con la historia del arte y con la pintura, pero al mismo tiempo se crea una exposición de cuadros que nunca en la vida estarán juntos. La única manera es cómo la hice: con el hilo conductor de la sangre.
No hay manera de poner a Goya, Artemisia Gentileschi, Rubens y Rembrandt en una sala porque no creo que haya un museo que quiera prestar esas piezas al mismo lugar. Para mí era importante hablar del arte en ese sentido y de la sangre en el término de todas las reflexiones que podemos hacer acerca de ella, explicó el artista en la presentación, vía Zoom, de su proyecto en el Museo Amparo.
Por una parte, la propuesta de Artemio tiene como eje conductor la presencia simbólica de la sangre, pero además hace una revisión sobre la presencia de la sangre en 500 años, un periodo muy amplio.
Sangre es resultado de una investigación del artista para entender el papel que ha tenido este tejido en el arte y en la sociedad. Históricamente se ha asociado con opuestos: lo sagrado y lo profano, la inocencia y la maldad, la enfermedad y la recuperación, el afecto y la repulsión, la pureza y la impureza e, indiscutiblemente, la vida y la muerte.
Para este proyecto, Artemio comentó que tenía la necesidad de que la sangre fuera un elemento de representación y relacionarlo con la violencia y las estructuras de poder, pero no como collages, sino apropiándose de la obra sin respetar los derechos de autor.
Me pareció interesante hacer una exposición sobre la sangre sin las pinturas. Es decir, no quería hacer una serie de pinturas sangrientas y decidí llevarlo a lo más básico, a la pintura a partir del renacimiento, retomar las obras de artistas importantes y alterarlas hasta tener mi versión, agregó el también cineasta y curador.
Sobre la idea del proyecto, Artemio recordó que después de ver las películas Avengers y Star Wars se percató de que cada vez había menos sangre, pero más destrucción y muerte, lo que le pareció irreal.
A partir de eso, reflexioné sobre la sangre y llegué a este proyecto. Pensando en distintas exposiciones, me di cuenta de que fuera del arte en Latinoamérica, en la época novohispana, que fue un momento muy sangriento, la sangre está poco presente en algunos cuadros.
Artemio forma parte de una generación de artistas que surgieron en los años 90 en la Ciudad de México. Recordó que al principio sentía la necesidad de romper con los abstractos, con todo lo figurativo y, entonces, los de su generación repudiaron la pintura y algunos regresaron a ésta desde otra perspectiva.
En la muestra, Artemio hace su versión de obras canónicas para la historia del arte, como La cabeza de Medusa (1597), de Caravaggio, y Salomé (1889), de Leon Herbo. También incluye otras piezas que permiten reconocer la influencia que la sangre tiene en el imaginario mexicano, por ejemplo, Episodios de la Conquista: La matanza de Cholula (1877), de Félix Parra, y Unos cuantos piquetitos (1935), de Frida Kahlo.
Explicó que contar con un espacio como La Panadería, donde tuvo la oportunidad de curar las exposiciones de otros artistas, fue algo importante en su carrera, le sirvió para aproximarse al arte de diversas formas. Sostuvo que lo único que se podría reconocer en su trabajo es el sentido del humor, un poco oscuro a veces, así como un interés sobre la cultura popular y las estructuras del poder.
Artemio también recordó que hace 30 años, cuando empezó a pintar, se dio cuenta de que eso no le llenaba en esos momentos y, en busca de algo más, optó por la fotografía y luego por el video e hizo varios en los que alteraba las historias de películas como Bambi y Rambo, con la finalidad de eliminar las situaciones violentas y tristes.
Artemio. Sangre se exhibe en el Museo Amparo (calle 2 Sur 708, Centro Histórico, Puebla).