La WWE regresó a la cuna de la lucha libre en México, tras cuatro años de ausencia para el evento denominado Super Show. La Arena Ciudad de México estuvo abarrotada por niños que crecieron con figuras como Seth Rollins y Roman Reigns, así como madres y padres que vieron el esplendor del “wrestling americano” con virtuosos del cuadrilátero como The Rock y Stone Cold Steve Austin.

El misterio estuvo presente en el mar de máscaras que llenaron el recinto en Azcapotzalco. Como es característico en los eventos , miles de fanáticos volaron la imaginación y se mantuvieron al borde del asiento con la esperanza de presenciar una nueva corona de Rey Misterio, el último gran ídolo mexicano.

Inducido al Salón de la Fama de WWE en 2023, el originario de Chula Vista California, se unió a la lista de Eddie Guerrero, quien ingresó en 2006, Mil Máscaras 2012 y el Santo en 2018.

“Mi ídolo es Rey Misterio” grita un infante, quien porta una tradicional máscara roja del dueño del 619, ese movimiento que dejó en la lona a más de un osado que desafió al ídolo.

La hazaña en su tierra consistía en derrotar al denominado “Jefe Tribal” un poderoso peleador de origen samoano, quien presume ser el campeón indiscutible mundial pesado de WWE, reinante desde 2020 con una de las dinastías más largas en la historia del entretenimiento deportivo.

Una doble plancha cruzada, seguida de una “hurracarrana” puso en el suelo a su rival, pero la astucia que posee el ser un luchador rudo, propició que golpeara en su caída al árbitro frustrando la cuenta de rendición. 

“Esto es asombroso” coreaban en inglés miles de fanáticos con cada movimiento. Al final, la viveza del campeón se impuso y con una feroz lanza se llevó el triunfo.

“Les quiero pedir una disculpa por no haberles cumplido, pero prometo revancha. La próxima vez regresaré con un campeonato o me coronaré aquí en mi tierra” mencionó Misterio al salir del combate en medio de aplausos y ovaciones.