En los últimos años en el Golfo de México se han descubierto importantes arrecifes sumergidos, en particular en la región norte, entre Tamiahua y el río Tecolutla, aunque tienen un impacto severo por la industria de hidrocarburos, el tráfico marítimo y la intensidad de las actividades pesqueras, advirtieron organizaciones que lanzaron la campaña Arrecifes del Golfo, Cuna del Mar.
La Red Corredor Arrecifal del Golfo de México explicó que el objetivo es visibilizar la importancia ambiental, económica y sociocultural de esta zona que depende de la salud y protección de los arrecifes.
Ahí se encuentra el Corredor Arrecifal del Suroeste del Golfo de México (CASGM) con una extensión de 600 kilómetros, que va desde el sur de Tamaulipas hasta más allá de la desembocadura del río Tonalá en Tabasco.
El Golfo de México es una región con una enorme riqueza en biodiversidad, usualmente poco apreciada, cuyo altísimo valor ambiental ha hecho posible la alimentación, los ingresos económicos y la diversidad cultural de la que disfrutan sus habitantes y visitantes, señalaron el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA) y Gente Sustentable, entre otras organizaciones que integran la red.
Las prioridades económicas de los gobiernos han subordinado la protección de esta zona, prefiriendo las labores de extracción, exploración y transporte de hidrocarburos. Los arrecifes del Golfo de México también se han visto afectados por obras de infraestructura marítima, así como por el tráfico marítimo y la contaminación del mar por la falta de saneamiento en las cuencas hidrológicas, señalaron.