Buenos Aires. Miles de manifestantes en esta capital y en Jujuy marcharon este jueves en solidaridad con el pueblo de esa provincia y para conmemorar los 47 años de lo que llamaron “la noche del apagón” durante la pasada dictadura militar (1976-1983), cuanto se cortó la luz en un acuerdo entre los militares y el dueño del imperio azucarero de Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, en Libertador General San Martín, territorio jujeño, y secuestraron trabajadores, dejando 33 desaparecidos.

A pesar de que rige una resolución de la Justicia Federal que dio su aval para esta marcha, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, envió policías y efectivos de la seguridad Vialidad y tránsito para impedir movilizaciones hasta el pueblo de Ledesma con la violencia represiva que utiliza desde junio pasado, respaldada por el precandidato presidencial de la derechista alianza Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, intendente de capital Federal, quien viajó a esa provincia para apoyar las medidas de represión en la provincia.

Hasta ahora no han logrado terminar con la resistencia de la población, de los maestros, ni de las comunidades de pueblos originarios, secuestrados, golpeados, maltratados, detenidos y amenazados, condenados por organismos internacionales y locales.

Radio Pueblo de Jujuy dio a conocer que los operativos más fuertes fueron en las rutas 34 y 66, donde fuerzas de seguridad “amenazaban” con multas y otras medidas para obligar a regresar a sus casas a quienes intentaban llegar hasta el municipio de Calilegua, donde partió la marcha.

Morales intentó impedir todo, obligando a las empresas de transporte a no vender pasajes de autobuses, para impedir que viajaran los habitantes de la capital San Salvador y otros lugares, y que no llegaran a Ledesma donde finalizaron los que pudieron llegar, con un acto de las organizaciones de derechos humanos convocantes.

Las movilizaciones de este día exigieron el cese de la represión, la libertad de protesta social que asegura la Constitución nacional, y su rechazo a la reforma de la Carta Magna local, votada a las espaldas de la población, que está dirigidas, entre otros puntos, a apoderarse de las tierras ancestrales de las más de 300 comunidades indígenas.

No pudo parar la movilización porque esta fecha se conmemora desde hace 40 años, cuando ilegalmente y en camiones de la propia empresa del ingenio Ledesma secuestraron a 400 trabajadores entre el 20 y el 27 de julio de 1976.

Entre los más de 30 desaparecidos, y las decenas de personas secuestradas, durante la pasada dictadura, torturadas, y perseguidas figuraron maestros, trabajadores sindicalistas, políticos, estudiantes y dirigentes indígenas. El millonario Carlos Pedro Blaquier, murió este año gozando de impunidad y protegido por el propio Gerardo Morales.

Además, en esta capital se encabezó la marcha la Multisectorial en Solidaridad con Jujuy, la organización Túpac Amaru y otras organizaciones políticas, incluyendo al Frente de Izquierda. Este movimiento reclama por memoria verdad y justicia, además advierte la situación que viven los pueblos originarios, que intentan ser despojados de sus escasas, tierras ancestrales, para dar acceso a las mineras y sembrar “canabis”, como propone Morales.

“Estamos impulsando que se condene al ex administrador del Ingenio Ledesma, Alberto Lemos para quede escrito en la historia que el ingenio tuvo responsabilidad con la dictadura”, dijo el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, quien participó de la movilización en Jujuy.

Esta marcha histórica “hoy toma una connotación distinta por el reclamo de los pueblos en toda la provincia, por las situaciones que vimos todos y que, a 40 años de democracia, no queremos volver a ver más: represión, criminalización de la protesta, causas abiertas ilegalmente,” sostuvo, al hablar con Canal Abierto.

Todo esto sucede con un silencio aterrador de los medios del poder hegemónico en Argentina, y de medios extranjeros que silencian los crímenes que se cometen en nombre de la “libertad”, “paz” y “democracia” que dicen defender los victimarios, del pueblo jujeño.

En tanto, Gerardo Morales mantiene detenida, bajo un delicado estado de salud, a la dirigente social Milagro Sala desde hace siete años, con base a causas falsas, con una expresión de odio en cada frase que dice sobre su víctima a la que incluso acusó del levantamiento popular en esa provincia.

Tras una investigación realizada por La Jornada en 2019, el actual gobernador de Jujuy continúa también impune de su participación activa con los golpistas bolivianos, que derrocaron al presidente Evo Morales.

El gobernador jujeño era amigo especial del fascista Fernando “macho” Camacho, de “los Cívicos de Santa Cruz, Bolivia, heredero de las fuerzas parapoliciales, criminales que actuaron acompañando todas las dictaduras en ese país.

Un plan de seguridad que acaba de presentar hoy Horacio Rodríguez Larreta junto a Morales, en Rosario, provincia de Santa de, es una copia de los planes preparados por la embajada de Estados Unidos aquí y especialmente el Comando Sur que continúa teniendo presencia en Jujuy, Salta y otras provincias del noroeste y noroeste argentino.