Panamá. Una jueza condenó al ex presidente panameño Ricardo Martinelli a poco más de 10 años de prisión por un caso de blanqueo de capitales, en un fallo que podría complicar sus aspiraciones de buscar un segundo mandato en las elecciones generales del próximo año.
Al ex gobernante de 71 años también se le impuso una multa de 19 millones de dólares en el llamado caso “New Bussiness”, relacionado con la compra de una editorial de periódicos durante el periodo en que Martinelli gobernó el país centroamericano, entre 2009-2014.
El fallo, divulgado el martes por el Órgano Judicial, puede ser apelado por la defensa del expresidente.
Además de Martinelli fueron condenados cuatro personas más y otras 10 resultaron absueltas.
Martinelli también enfrentará próximamente un juicio por el caso de los sobornos entregados por la constructora brasileña Odebrecht para acceder a grandes obras públicas en Panamá.
El exmandatario ha insistido que los procesos en su contra en Panamá son una persecución política en su contra para sacarlo de la contienda electoral, y en una reciente conferencia de prensa dijo que lo tendrán que “matar” para evitar que siga en ese esfuerzo.
En junio, el ex gobernante ganó la candidatura presidencial en elecciones primarias de su partido político, Realizando Metas.
A inicios de año, el gobierno de Estados Unidos lo declaró a él y a sus familiares inmediatos inelegibles para ingresar a ese país, al implicarlo en actos de corrupción “significativa”, en aparente relación con el caso de los sobornos multimillonarios de Odebrecht.
Martinelli, un magnate de supermercados, había sido extraditado por Estados Unidos en junio del 2018 para que enfrentara en Panamá un juicio por espionaje telefónico a opositores políticos, líderes sindicales, empresariales y periodistas, en el cual fue absuelto y tras permanecer un año en la cárcel.
La justicia resolvió después hacerle un nuevo proceso por los mismos cargos, pero el exlíder volvió a ser declarado inocente.
La decisión de Estados Unidos de implicarlo en corrupción, en enero, coincidió con el retorno a Panamá de los dos hijos de Martinelli después de que ambos cumplieron una condena en Estados Unidos por conspirar para recibir sobornos de la constructora brasileña.