Ciudad de México. Organizaciones ambientalistas advirtieron que el derrame de hidrocarburos en el Golfo de México no ha sido controlado, ya que imágenes de satélite del 17 de julio revelan que aún persiste, y que su extensión es de alrededor de 400 kilómetros cuadrados, no de .06 como señaló Pemex.
El derrame se presentó en la misma zona en la que el 7 de julio se registró el incendio de la plataforma de Pemex Nohoch-A, en la Sonda de Campeche, precisaron la Alianza Mexicana contra el Fracking, CartoCrítica, Centro de Derechos Humanos de los pueblos del Sur de Veracruz “Bety Cariño”, entre otras organizaciones.
En respuesta a una comunicación de Pemex sobre el derrame de combustible, las organizaciones precisaron que la información está sustentada en datos e imágenes satelitales, y que “resulta preocupante que, pese a la evidencia, se oculte información y se insista en normalizar incidentes y desastres que tienen implicaciones importantes para la salud de las personas y el medio ambiente”.
Convocaron a Pemex, a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y a las autoridades competentes a abrir canales para conocer no sólo de los incidentes, sino la forma en la que se atenderán sus impactos, propiciando una conversación basada en evidencia y datos”.
Señalaron, que contrario a lo que dice Pemex de que la fuga está reparada, hasta el 17 de julio esto no había ocurrido ya que el foco de vertido se ha mantenido en su posición a lo largo de 12 días, por lo que el derrame continúa.
También se refirieron al planteamiento de Pemex de que notificó a la ASEA, pero “no se informó al público en general y optó por minimizarlo”. Se desconoce, dijeron, el proceso que siguió esta dependencia para evaluar el impacto del vertido, por lo que demandaron se haga publico el reporte de evaluación y las medidas de remediación que se implementaron a partir del suceso.
Se preguntaron si el ducto ha cumplido su vida útil, en cuántos más se pueden esperar situaciones similares, y cuáles son las medidas de remediación que se plantean para las comunidades afectadas y para la zona impactada por el derrame.
Precisaron que como organizaciones de la sociedad civil buscan “alertar sobre los impactos y riesgos de la actividad extractiva fósil que nos incumben a toda la ciudadanía en el contexto de la crisis climática global. Nunca habrá mala fe en alertar sobre desastres y afectaciones cuya responsabilidad de aviso y atención corresponde a las autoridades”.