Un derrame de hidrocarburos en el Golfo de México, que habría ocurrido el 4 de julio, se presenta en la misma zona en la que el pasado 7 de julio se registró el incendio de la plataforma de PEMEX Nohoch-A, en la Sonda de Campeche, con una extensión de alrededor de 400 kilómetros cuadrados, el doble del área de la ciudad de Guadalajara, de acuerdo con imágenes satelitales, advirtieron la Alianza Mexicana contra el Fracking, CartoCrítica, Greenpeace, entre otras organizaciones.
Señalaron que a pesar de su gran extensión las autoridades no han dado aviso alguno sobre las causas y consecuencias del hecho. “La completa opacidad con la que se ha manejado este derrame resulta preocupante frente a la posibilidad de que sea una muestra de otros incidentes similares que pasan sin ser cuantificados y sin registro de atención”, señalaron en un comunicado.
Una revisión de la misma zona en el mes de junio permitió identificar otro derrame con una extensión aproximada de 270 kilómetros cuadrados. Advirtieron que durante los últimos dos años, se ha registrado un aumento de 152 por ciento en la frecuencia de “accidentes” de PEMEX.
Entre 2020 y 2022 la gravedad de los siniestros de la paraestatal ha aumentado en un 126 por ciento, mientras que el presupuesto destinado al mantenimiento de instalaciones se ha reducido en 49 por ciento. Esto ha provocado una bomba de tiempo que se traduce constantemente en víctimas mortales, no de accidentes casuales sino de condiciones laborales precarias, sin que exista la voluntad de la industria para solucionarlo, advirtieron.
Señalaron que la emergencia climática, la precariedad de la industria y la irresponsable apuesta por este modelo fósil es garantía de que PEMEX, la CFE y las empresas privadas, como TC Energy, que operan con combustibles fósiles en nuestro país, “volverán a ser noticia con un nuevo derrame, explosión o fuga en un futuro próximo, amenazando siempre nuestro presente y futuro”.