México necesitaba medir su fuerza en Concacaf frente a un rival que no le rinde pleitesía. En una final que se acercó peligrosamente a los tiempos extra, Panamá demostró con méritos que puede igualar el tamaño del Tri y no ser más el joven David en la batalla contra el gigante Goliat. Pero como el futbol no sabe de méritos, sino de jugadas que definen partidos, el equipo nacional conquistó la Copa Oro gracias al instinto goleador de Santiago Giménez (1-0), un talento sin fin en el ataque.
Hubo rastros de viejas heridas en el festejo de los mexicanos: la eliminación en primera ronda del Mundial en Qatar, las derrotas seguidas contra Estados Unidos y dos procesos que forzaron cambios en la Federación Mexicana de Futbol. Al final fue un recital nocturno. Todos en la misma fiesta, cada uno con su propio mambo. Una composición social tan inusitada como la cantidad de gente en las gradas, un total de 70 mil espectadores.
A las miles de personas movilizadas en el partido se sumaron otras decenas de miles en los alrededo-res del SoFi Stadium, en Los Ángeles. Allí estuvieron como invitados de lujo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y el titular de la Concacaf, Víctor Montagliani.
Ante el esperado retorno de la Copa a sus manos –la primera desde 2019–, Jaime Lozano alimentó una enorme ilusión hacia el futu-ro, al descolgarse el cartel de entrenador a prueba
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Contra un oponente duro y peligroso en los espacios largos, el Tricolor atravesó momentos de confusión y zozobra, pero nada de eso opacó la actuación de un grupo que se siente seguro con la experiencia de Lozano. Cuando se trataba de competir, ninguno se subió a esos acelerados carros triunfales que despegan los pies de la tierra.
Ese contagioso espíritu combativo generó por momentos un encuentro a ida y vuelta, con arribos de Ismael Díaz y Alberto Quintero, quienes tocaron más de una vez la puerta del arquero Guillermo Ochoa. El punto de inflexión definitivo fue el gol de Giménez, con el cual quedó claro qué selección se iba a quedar con la Copa.
Como en los viejos tiempos en Cruz Azul, el delantero del Feyenoord recibió un pase de Orbelín Pineda sobre el círculo del campo y convocó a la imaginación haciéndole creer al defensa Fidel Escobar algo distinto a lo que acabó por hacer: escapar por el lado izquierdo y vencer al portero Orlando Mosquera con el gol del título (88).
Existía demasiada presión, pero tenemos jugadores con mucha calidad y talento, que tienen deseos de sobresalir y dar un paso al frente con mucha personalidad
, descri-bió Ochoa, máximo ganador del torneo con cinco ediciones conquistadas, en medio de un escenario colmado por banderas mexicanas. Esto es el resultado del esfuerzo, sacrificio y constancia de todos. Jaime (Lozano) entiende muy bien lo que es representar a la selección y saca lo mejor de nosotros
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Trofeo en mano, ‘Santi’ Giménez celebró su mejor noche con la selección. Al lado, un aspecto de la afición mexicana que colmó el SoFi Stadium en Inglewood, California. Foto Ap y Afp
En un ciclo de siete partidos, Lozano perdió sólo uno, ante Qatar, y ganó seis, el primero y último, curiosamente, contra Panamá. Muy lejos quedó el 30 de noviembre de 2022, cuando el Tricolor volvió del Mundial sin un plan a futuro. Porque ahora los mismos jugadores que no lograron resultados con el argentino Diego Cocca, su antecesor en el cargo, validan la permanencia del Jimmy como seleccionador titular.
Lo único que siento es amor y agradecimiento por la gente que vino al estadio. Es algo indescriptible. Necesitábamos darles esta alegría, regresar a casa con la Copa
, señaló Santi Giménez al final de su mejor noche con la camiseta tricolor.
El 1-0 en los panameños provocó algo terrible. Sus jugadores perdieron la vehemencia que los hizo ganar terreno a lo largo del partido, pero aún así siguieron peleando. Por encima de la altura que mostraron en otras épocas, cuando sólo competían por escapar de los últimos lugares de Concacaf, la selección canalera certificó su crecimiento en tierra de gigantes. Hubo momentos, incluso, en que cambió el suplicio de correr detrás de los rivales por la iniciativa de atacar y buscar el triunfo. No lo consiguió, pero estuvo cerca.
Como dato anecdótico quedará el gol anulado a Henry Martín por un presunto fuera de juego. Aquella jugada había nacido de un despe-je larguísimo de Memo Ochoa, que contó con la participación de Orbelín Pineda y un pase milimétrico de Luis Romo. Otra decisión controvertida del silbante hondureño Said Martínez se suscitó en el complemento, cuando tuvo que quitarle una tarjeta roja a Harold Cummings, a quien había juzgado con su segunda amarilla.
La conquista de la Copa provocó que decenas de aficionados se dieran cita en el Ángel de la Independencia, lugar emblemático de festejos multitudinarios. Durante horas ondearon banderas tricolores, se multiplicaron abrazos y resurgió ese grito de ¡México, México!
que desde años no resonaba por la selección de futbol.
Las oportunidades hay que aprovecharlas, hay que aferrarse a ellas. Me tocó llegar en un momento no tan bueno, pero ante estos escenarios hay que aventarse
, comentó a su salida del estadio Jimmy Lozano, quien finalizó su contrato con el Tricolor tras el fin del tor-neo. A partir de ahora estoy libre. La decisión no me corresponde a mí. Con estos resultados te abres oportunidades y, si me toca seguir, será un sueño
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