Ciudad de México. La economía de México podrá crecer 2.4 por ciento este 2023, debido a la alta probabilidad de que Estados Unidos pueda esquivar una recesión económica, al alza del consumo interno, de las exportaciones y del mercado laboral, prevé Patricia Krause, economista de Coface para América Latina.
La especialista de la firma francesa de seguros de crédito destacó que México es de los países en América Latina que mejor luce en materia económica para este año y no descartó que podría sorprender, pues tanto ésta como su principal socio comercial presentan economías resilientes, que si bien sus economías se van a ralentizar, las expectativas son mejores que las de hace algunos meses.
“México está al alza por el consumo interno, las exportaciones y el mercado de trabajo, así como los niveles históricos de las remesas. El tipo de cambio es de los más apreciados y México se está beneficiando de la tendencia del nearshoring(relocalización de inversión y empresas) y de sus acuerdos comerciales”, destacó Krause.
En el webinar: “Previsiones económicas para América Latina y América del Norte en el segundo semestre”, la especialista describió que el escenario es de ralentización a lo largo del año, en línea con la previsión de menor actividad también en Estados Unidos.
“Los datos relativos a la inversión bruta en capital fijo muestran un fuerte nivel de inversión en maquinaria y equipos, posiblemente indicativo de un posible efecto de nearshoring. Los tipos de interés bajarán gradualmente, ya que el escenario para la inflación, aunque más benigno, sigue siendo de convergencia gradual hacia los objetivos y tiene sus riesgos, --como un posible efecto El Niño--, que presione los precios agrícolas al alza”, precisó.
Viene lo difícil en la inflación
Por su parte, Ricardo Nizard, economista de Coface para América del Norte, destacó que el dato de inflación general en 3.0 por ciento anual de junio en Estados Unidos fue una buena noticia, pues cada vez está más cerca del objetivo de 2.0 por ciento de la Reserva Federal (Fed).
El problema, prevé, es que viene lo más difícil, bajar de 3.0 a 2.0 por ciento la inflación estadounidense, sobre todo por los riesgos al alza que se avecinan, una comparación más retadora, presiones en precios agrícolas o energéticos, entre otros.
“La batalla todavía no está ganada para combatir la inflación y la Reserva Federal lo sabe, de ahí que subirá su tasa de referencia a finales de julio”, prevé Nizard.
Afirmó, por su parte, que la resiliencia de la economía de Estados Unidos impedirá que caiga en recesión, lo que sí prevé, es que reportará una desaceleración con respecto al 2022.
El consumo también está aportando al crecimiento económico. Y es que el mercado laboral estadounidense está sólido, toda vez que el ahorro que la ciudadanía realizó durante la pandemia sigue teniendo efecto en el consumo de las familias estadounidenses.
Asimismo, destacó que si bien las quiebras de los bancos regionales han aminorado en los reflectores, el crédito no se ha dejado de canalizar entre los agentes económicos, pero sí ha bajado el paso.