Liderada por Brasil y por México, la inversión extranjera directa (IED) hacia América Latina logró un récord de 224 mil 579 millones de dólares en 2022, una cifra sin precedente que no se refleja en el desempeño económico, pues la región sigue registrando un crecimiento mediocre
que no le permite salir del subdesarrollo, advirtió José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Durante la presentación del informe anual La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe 2023, Salazar-Xirinachs explicó que los flujos de inversión extranjera directa no son equivalentes a desarrollo, sino son más un complemento a éste. No dejan de ser “una buena noticia (…), pero lo que nos está haciendo agua y donde estamos deficitarios es en el crecimiento económico. Con una tasa de crecimiento tan mediocre, ¿cómo vamos a crear empleo de calidad, cómo vamos a reducir los índices de pobreza y de informalidad?”, sentenció.
El año pasado esa inyección de capitales hacia América Latina y el Caribe vio un repunte de 56 por ciento, sobre todo impulsado por el crecimiento de la reinversión de utilidades y al aumento de la IED en el sector servicios. Salazar-Xirinachs detalló que Brasil fue el principal país receptor de la región, con 41 por ciento del total, seguido por México, con una participación de 17 por ciento, y ambos recibieron más IED que en 2021.
El país, con ubicación privilegiada
En 2022, las entradas de IED en México aumentaron por tercer año consecutivo y se recibieron 38 mil 932 millones de dólares, 16 por ciento más que en 2021. Los principales componentes de esta inversión fueron los aportes de capital y la reinversión de utilidades, que representaron 46 y 42 por ciento del total, y ambos registraron un alza respecto al año anterior (de 31 y 28 por ciento, respectivamente), reportó el organismo internacional.
Desde 2017, los servicios han superado a las manufacturas como destino principal de la IED y esta situación se mantuvo en 2022. Estos servicios representaron 56 por ciento de las entradas totales, la máxima participación desde 2010, y recibieron un monto de inversión superior al de 2021 (un aumento de 47 por ciento).
Las entradas en manufacturas tuvieron un alza menor (9 por ciento) y llegaron a representar 38 por ciento del total. Las inversiones en recursos naturales no acompañaron la dinámica creciente, al caer 59 por ciento, aunque esto se explica principalmente porque el valor de 2021 fue un máximo histórico, y el total recibido en 2022 está dentro del promedio de inversiones recibidas en la década pasada.
La relocalización de inversión es un elemento importante para mantener el crecimiento de la IED en la región, principalmente en el país, donde su ubicación geográfica subraya. En manufacturas, se destacaron la refinería y la industria automotriz en Brasil y México.
En tanto, la transición energética es una oportunidad de desarrollo productivo para la región. El desafío está en cómo diseñar políticas que permitan aprovechar esta oportunidad y la contribución de la inyección. Para ello, la Cepal recomendó echar a andar políticas de atracción de IED que incluyan incentivos (subastas, tarifas de alimentación, premios, incentivos fiscales); zonas económicas especiales; mecanismos de facilitación de las inversiones y agencias de promoción y políticas de contenido local.