Dubái. Dos policías y cuatro atacantes murieron este sábado tras el asalto de hombres armados y terroristas suicidas a una comisaría en el convulso sureste de Irán, informó la televisión estatal.
El ataque se produjo en Zahedan, capital de la provincia de Sistán-Baluchistán, escenario de algunas de las protestas más sangrientas durante una oleada de disturbios a escala nacional desencadenada el año pasado por la muerte de una joven kurda bajo custodia de la policía de la moralidad.
La TV estatal declaró que "los cuatro terroristas" y dos policías habían muerto en el hecho. Un portavoz de la fuerza dijo que habían fallecido tres atacantes, según informaron distintos medios de comunicación.
Sistán-Baluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán, es una de las provincias más pobres de Irán y una de las principales rutas del narcotráfico.
Grupos de derechos humanos afirman que la minoría baluche, cuyo número se calcula en hasta 2 millones de personas, ha sufrido discriminación y represión durante décadas.
Zahedan ha sido escenario de protestas semanales desde la matanza de manifestantes el 30 de septiembre de 2022, aun cuando los disturbios han remitido en la mayoría de las demás zonas del país.
Amnistía Internacional ha afirmado que las fuerzas de seguridad mataron al menos a 66 personas en la represión de los manifestantes.
Las autoridades culparon del inicio de los tiroteos, el 30 de septiembre, a Jaish al-Adl, o Ejército de la Justicia, un grupo militante baluche que, según dicen, opera desde refugios seguros en Pakistán. Ni Jaish al-Adl ni ningún otro grupo reivindicó su participación en los hechos.