París. Un informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) abrió este jueves la puerta a prolongar la autorización en la Unión Europea del glifosato, un herbicida de Bayer acusado de provocar cáncer en las zonas donde se utiliza.
En el informe entregado este jueves a la Comisión Europea, este organismo regulatorio indicó que "no identificó un dominio crítico de preocupación" del glifosato en los humanos, los animales y el medioambiente.
De acuerdo con la terminología científica de la EFSA, un riesgo queda clasificado como "crítico" si afecta a todos los usos propuestos de la sustancia estudiada y por lo tanto, impide su autorización.
En este caso, la EFSA estimó que existe "un riesgo elevado a largo plazo en los mamíferos" en la mitad de los usos propuestos para este herbicida y reconoció que la ausencia de datos impedía un análisis definitivo.
Este estudio, muy esperado entre ecologistas y agricultores, servirá de base a la Comisión Europea para decidir prolongar o no por cinco años la autorización a la más conocida marca de herbicidas, que expira el 15 de diciembre.
El informe, que se hará público en julio, se basa en 2 mil 400 estudios y en las opiniones de 90 expertos de los Estados miembros de la UE, señala la EFSA.
Cuestiones en el aire
En él no aparece una opinión definitiva sobre los riesgos vinculados al consumo alimentario "debido a datos incompletos sobre la cantidad de residuos de glifosato en los cultivos de rotación como las zanahorias, la lechuga y el trigo".
"Sin embargo, esto no debería conducir a superar los niveles de seguridad toxicológica" para los humanos "y, por consecuente, no se identificó ninguna preocupación crítica", agregó la agencia.
La EFSA reconoce también información insuficiente sobre la toxicidad de uno de los componentes presentes en la fórmula de un pesticida basado en el glifosato sometido a evaluación, aunque apunta que no existe "ninguna indicación de toxicidad aguda".
Numerosas cuestiones quedan en el aire, en particular sobre el impacto en la biodiversidad.
Aunque los expertos señalan que los riesgos "son complejos y dependen de múltiples factores", la EFSA estima que "en su conjunto, las informaciones disponibles no permiten sacar conclusiones definitivas".
El glifosato es la sustancia activa de una conocida herbicida muy usada en Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, el Roundup del grupo Monsanto, que en 2018 fue adquirido por Bayer.
Opiniones dispares
El Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer (CIRC) de la Organización Mundial de la Salud clasificó en 2015 al glifosato como un "probable cancerígeno" para los humanos.
Un grupo de expertos del Inserm en Francia concluyó en 2021 que "hay un riesgo creciente de linfomas no hodgkinianos con una presunción promedio de relación" con el glifosato.
Por el contrario, la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) consideró en junio del año pasado que las pruebas científicas disponibles no permiten clasificar al glifosato como cancerígeno.
La EFSA debía inicialmente publicar sus conclusiones en el segundo semestre de 2022, antes de anunciar el aplazamiento a causa del número "sin precedentes" de observaciones recibidas.
En espera de ese estudio, la Comisión prolongó un año, hasta el 15 de diciembre de 2023, la autorización del glifosato en la UE.
Las asociaciones ecologistas discrepan y piden su prohibición.
"Los efectos tóxicos del glifosato, así como la presencia ubicua en el medio ambiente y los seres vivientes, están ampliamente documentados", señalaron una quincena de oenegés en una carta para pedir al gobierno francés que se oponga a su reaprobación.
En cambio, los productores se muestran "muy confiados" en que se volverá a dar la autorización, según un representante de Plataforma glifosato Francia (Bayer, Syngenta...) citado por France Agricole.
La compañía alemana Bayer, que compró Monsanto en 2018, se congratuló de las conclusiones de la EFSA que sientan las bases "para una readmisión con éxito del glifosato en la UE".
Las organizaciones agrícolas se oponen a la prohibición, pues consideran que deshacerse de las hierbas es inevitable.
La oenegé europea Corporate Europe Observatory (CEO) rechazó el informe preguntándose "cómo pudo la EFSA dar luz verde al glifosato basándose principalmente en estudios científicos de baja calidad realizados por empresas".
Por su parte, Greenpeace también lo criticó y pidió a la Comisión Europea y a los Estados miembros que "se opongan a una renovación de la autorización" del herbicida.
Europa no es la única región del mundo donde hay debate sobre el glifosato, que también causa controversia en numerosos países de América Latina.
En Estados Unidos, los litigios de personas que reprochan al fabricante la falta de advertencia de los riesgos del uso del Roundup han costado miles de millones de dólares a Bayer.