Zacatecas, Zac. La tarde de este martes 4 de julio, la trasnacional estadounidense Newmont, propietaria de Minera Peñasquito, la mina de oro y plata a cielo abierto, más grande de México, fijó una nueva postura sobre la huelga que 2 mil trabajadores mineros -integrantes de la sección 304 del Sindicato Minero, que lidera Napoleón Gómez Urrutia-, estallaron legalmente en ese enclave, hace 28 días, por incumplimientos al contrato colectivo de trabajo y la reducción en el reparto anual de utilidades.
En un comunicado dirigido a sus colaboradores, contratistas, comunidades de su zona de influencia y al público en general, Newmont expuso que, el lunes 3 de julio, directivos de la empresa se reunieron con representantes del Sindicato Minero, “y seguimos sin poder resolver el tema de la participación de las utilidades, debido a continuas demandas poco realistas por parte del Sindicato”.
Antes de que estallara la huelga del 7 de junio, la demanda inicial del Sindicato incluía un pago equivalente al 20 por ciento de las utilidades. Después de un periodo de 3 semanas de negociaciones, el Sindicato ha reducido su propuesta a un pago equivalente a aproximadamente el 16 por ciento de las utilidades (cuando el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) establece el 10 por ciento). Para la empresa, esta sigue siendo una demanda poco razonable”.
Asimismo, Newmont –cuya matriz se ubica en Denver, Colorado-, expuso que en junio de 2022 el Sindicato Minero firmó un CCT “que fue claramente comprendido por ambas partes. En este acuerdo el Sindicato específicamente solicitó una cantidad adicional al tope de 3 meses de Participación de los Trabajadores en las Utilidades (PTU), para que fuera pagada como un bono extraordinario, el cual fue contabilizado correctamente como gasto, de acuerdo con la Ley”.
En este contexto señaló la propietaria de Minera Peñasquito, “la Empresa ha expresado al Sindicato su descontento por no respetar el CCT que firmó hace apenas un año. Hemos expresado además que, aun cuando confiamos plenamente en nuestros trabajadores, es difícil confiar en el Sindicato cuando no cumplen los acuerdos firmados”.
“Esta situación afecta no sólo las utilidades y consecuentemente el bono del próximo año, afecta sobre todo la credibilidad y sostenibilidad de nuestras operaciones, y obliga a la compañía a replantear nuestras actividades y las futuras inversiones que son necesarias para mantener el nivel de operaciones de Peñasquito”.
Por lo anterior, finaliza Newmont, “consideramos que nunca debió haberse llegado a una situación de huelga que ha impactado directamente los ingresos de nuestros trabajadores y sus familias, por lo que hacemos un llamado al Sindicato a continuar con el diálogo para reiniciar actividades en beneficio de nuestros trabajadores, contratistas y comunidades que dependen de Peñasquito”.