París. El gobierno de Francia anunció ayer el despliegue de blindados y más policías para contener los violentos disturbios de las recientes cuatro noches por la muerte de Nahel, un joven de 17 años baleado por un agente, que ya se extendieron a varias de las principales ciudades, entre ellas París, Marsella, Lyon, Grenoble y Estrasburgo incluidos los territorios franceses del Caribe, con incendios, saqueos y levantamiento de barricadas.
Luego de otra jornada nocturna con edificios públicos atacados, tiendas saqueadas y vehículos incendiados, el presidente Emmanuel Macron exhortó a los padres de familia a mantener a sus hijos adolescentes en casa, pero no declaró el estado de emergencia aunque dio la orden para reforzar las medidas de seguridad en el país.
También apeló a la responsabilidad de las redes sociales, para que retiren contenidos vinculados con las protestas y que identifiquen a sus usuarios.
Su ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció el despliegue de 45 mil agentes en el país y autorizó la movilización de unidades blindadas de la gendarmería, un cuerpo militar que tiene competencias de seguridad pública. Sin embargo, la noche volvió a traer destrozos, saqueos y lanzamientos de proyectiles contra los furgones de la policía, que respondía con gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Darmanin pidió además la suspensión de eventos masivos, como conciertos, el servicio público de tranvías y autobuses a partir de las 21 horas y la venta de cohetes, bidones de combustible y productos inflamables.
El ministro anunció que en la cuarta jornada nocturna de movilizaciones arrestaron a 994 personas. Los altercados estallaron el martes en los suburbios de París y se extendieron por el país tras la muerte de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente durante un control de tránsito en Nanterre, al oeste de la capital.
Antier, el día de mayor tensión, se saldó con 875 detenciones y 249 agentes heridos, así como 492 edificios atacados y 2 mil vehículos calcinados.
La primera ministra, Élisabeth Borne, informó que se estudiarían todas las opciones
, entre ellas el estado de emergencia que piden la derecha y la ultraderecha.
Finalmente el gobierno optó por reforzar el número de agentes y autorizar el despliegue de blindados de la gendarmería, un cuerpo militar que tiene competencias de seguridad pública, sobre todo en zonas rurales.
El gobierno se encuentra bajo presión, entre la derecha y la ultraderecha que le piden mano dura y quienes reclaman medidas de control de multitudes violentas.
En un intento de tranquilizar la situación, la selección francesa de futbol, capitaneada por Kylian Mbappé, señaló en un comunicado que el tiempo de la violencia debe parar
y dejar lugar a maneras pacíficas y constructivas de expresarse
.
Sin embargo, nuevos enfrentamientos entre policías y manifestantes tuvieron lugar ayer en la noche en Lyon, en una protesta prohibida por las autoridades y en Marsella, donde las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos. También se registraron reclamos multitudinarios en otras ciudades, como Grenoble y Estrasburgo, donde hubo saqueo a una tienda Apple, y la policía lanzó gases lacrimógenos.
Los territorios franceses del Caribe como Guyana Francesa y las islas de Martinica y Guadalupe también reportaron protestas desde el jueves.
Las autoridades impusieron toques de queda en al menos tres localidades de la región de París y en varias otras del país.
Los hechos relanzaron el debate sobre la violencia policial en Francia, donde en 2022 murieron 13 personas en circunstancias similares a las de Nahel, y sobre las fuerzas del orden, vistas como racista por parte de la población.
La Organización de Naciones Unidas solicitó a Francia ocuparse seriamente de los profundos
problemas de racismo
en las fuerzas de seguridad, en lo que el Ministerio de Exteriores calificó de acusaciones totalmente infundadas
.
En tanto, hoy tendrá lugar el entierro de Nahel, anunció el alcalde de Nanterre, Patrick Jarry.