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El internado es fundamental en el normalismo rural: Luis Hernández Navarro

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Luis Hernández Navarro, durante la presentación de su libro en el auditorio de la ex hacienda de El Mexe, en Francisco I. Madero, Hidalgo. Foto Ricardo Montoya
28 de junio de 2023 11:24

Francisco I Madero, Hgo. Una ventana a las escuelas normales y a los normalistas rurales, publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE) el periodista, escritor e historiador Luis Hernández Navarro, coordinador de la sección de opinión del diario La Jornada fue enfático en afirmar que "el internado es la espina dorsal del normalismo rural y de la organización política estudiantil" y que "el desaparecerlo es desnaturalizar su especificidad pedagógica".

El libro, fue presentado por Luis Hernández en el viejo Auditorio Carlos Marx, situado en el interior del viejo casco de la ex hacienda de El Mexe, donde se ubicaba la sede original de la Escuela Normal Rural Luis Villareal, en el poblado de Tepatepec, cabecera municipal del municipio de Francisco I Madero, estado de Hidalgo.

Acompañado del maestro Armando Azpeitia Díaz, alcalde morenista de San Salvador, Hidalgo e integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), y uno de los principales luchadores a favor de la reapertura de El Mexe y de Roberto Rico Ramírez, coordinador del programa del Librobus del FCE, Hernández Navarro agregó, ante los jóvenes estudiantes que abarrotaron el auditorio, que los internados de las normales rurales son "como en las academias militares con los cadetes; los jóvenes adquieren allí hábitos de disciplina, cooperación y camaradería que no se obtienen en otras escuelas".

De allí que es indispensable la defensa de la existencia del sistema de internado en las normales rurales.
El titulo del libro, según Luis Hernández, está inspirado en la historia del maestro Isidro Castillo, quien fue el fundador la Normal Rural de Tacambaro, Michoacán, que fue la primera que hubo en el país (22 de mayo de 1922) después de la creación de la Secretaría de Educación Pública, y de la cual no pudo ser el primer director porque no había terminado la carrera magisterial.

No obstante, explicó que en aquella época (principios de los años 20) los maestros podían hacerse cargo de la educación aunque no tuvieran todas sus acreditaciones académicas cubiertas, "pero el maestro Castillo tenía mucha voluntad y determinación.

Isidro Castillo "contra viento y marea sacó adelante a la Normal a pesar de la oposición del obispo de Tacambaro, Lara y Torres que era identificado como cristero.

Por esos señalamientos del obispo, el Isidro Castillo tardó cinco años en conseguir que le rentaran una casa para instalar lo que el religioso llamó como "madriguera del Diablo". 

Comentó que a lo largo de los años, las escuelas rurales han sido objeto de descalificaciones por quienes se oponen al enorme arraigo que logran forjar en la gente de las comunidades. Además de ser llamadas como escuelas del Diablo, fueron también denominadas como "nidos y madrigueras de comunistas","kinderes bolcheviques" y actualmente como centros donde se distribuyen drogas.

"Ahora se les imputa de ser corruptas y se quiere terminar con los internados y los comedores".

Dijo que el presidente Lázaro Cárdenas, le brindó una importancia fundamental e impulso a la educación rural y a los maestros rurales, los cuales fueron sus grandes aliados para realizar la Reforma Agraria que otros gobernantes no lograron concretar.

Relató que en los últimos diez años de su vida (falleció en 1970), el general Cárdenas fue titular de la Comisión del Río Balsas y se volcó en cuerpo y alma en atender y conocer la región de la Mixteca Oaxacaqueña, escuchar a la gente, conocer sus necesidades y gestionarle obras . Incluso, vivió en el poblado de Juxtlahuaca.

Durante uno de los recorridos qué hizo Cárdenas por esa región, un grupo de campesinos del Pueblo de la lluvia (los ñu savi) se le acercaron y le dijeron: "Tata necesitamos un maestro porque no tenemos ".

A Cárdenas lo acompañaba un funcionario educativo quien les dijo que no dijeran eso, ya que según sus informes, tenían un maestro que se esforzaba mucho y que brindaba clases a muchos alumnos.

Uno los pobladores, "con esa mirada que tienen los campesinos", le contestó al funcionario : "El maestro hace muchos meses que se fue. Duró con nosotros solo tres semanas. Por eso tata, necesitamos un maestro que coma tortillas y chile y viva y juegue con nosotros".

Ese tipo de maestros, según Luis Hernández, sólo se forman en las normales rurales y son los que hacen falta no solo en el Campo Mexicano sino en las llamadas "orilladas" de las grandes ciudades.

Agregó que los maestros que emanan de las normales "han sido capaces de vivir con la escasez y la penuria" porque egresan de las normales rurales que "son escuelas de pobres y para pobres".

"Estos maestros están hechos para las inclemencias" factor que se necesita para ser docente rural.

"Para ser maestro rural, afirmó Luis Hernández, debe ser hijo de campesinos o haber crecido en las orilladas o inmediaciones marginadas de las ciudades, acostumbrado a enfrentar la precariedad y la pobreza y a lidiar con la adversidad. Hecho a la disciplina y dotado de las herramientas del trabajo comunitario.

En su libro, Luis Hernández hace "un ejercicio de memoria histórica, hilado a través de personajes. En sus páginas, la vida de los normalistas se cruza con la historia de las escuelas donde se formaron".

"Estas experiencias en sus centros escolares fueron la matriz desde la cual fecundaron sus trayectorias como dirigentes populares y revolucionarios".

Se narran muchas anécdotas de los maestros fundadores e impulsores de las escuelas normales rurales como la maestra María Salud Morales, asesinada el 16 de junio de 1937 por fanáticos religiosos cristeros con piedras y múltiples golpes de palo en el rancho Santa Rita, tenencia en Tacambaro, Michoacán; Raúl Isidro Burgos, considerado como constructor de normales rurales e instituciones escolares; José Santos Valdés, de la Normal Rural de Tenería; Lucio Cabañas y muchos más, algunos de época contemporánea como el profesor Armando Azpeitia Díaz, de Hidalgo impulsor de la reapertura de El Mexe (luego de entró en receso durante el gobierno de Miguel Osorio Chong) con el sistema de internado y sus instalaciones originales, asignadas por el régimen priista a la Universidad Politécnica de Francisco I Madero y muchos más.

Otro fue Ezequiel Reyes Carrillo, El Zapata quien permaneció desaparecido cuatro meses tras ser secuestrado en 1982 en la Central Camionera del Norte por la Dirección Federal de Investigación a cargo en ese entonces por Miguel Nazar Haro.

Por su parte, durante la presentación, Armando Quintanar Trejo, rector de El Mexe dijo que la obra escrita por Luis Hernández es importante para los alumnos que aspiran a ser maestros rurales.

"Como estudiantes que estamos en formación para futuros docentes rurales, debemos tener presente todo ese período de lucha y las situaciones que han enfrentado muchas personas para legarnos las condiciones que hoy tenenos y que la sociedad mexicana vive día a día y consolidar el compromiso que se asume de ser maestro rural ".

El maestro Armando Azpeitia Díaz comentó que Luis Hernández es" un gran compañero de lucha y encuentros" y que vale la pena leer el libro en el cual "vamos a encontrar la vida, las narraciones de varios personajes de las escuelas rurales normales , organizado en 12 capítulos y 336 páginas".

Muchos de esos personajes, destacó "iniciaron una lucha por transformar este país, y terminaron asesinados".

Comentó que en el capítulo dedicado al estado de Hidalgo se narra la vida del maestro Proceso Díaz Ruiz quien tuvo que huir de Tepehuacán de Guerrero persiguido por Francisco Austria, quien impuso un cacicazgo sanguinario que "arrasaba vidas" en varios municipios de la Sierra Hidalguense.

"La tenaz lucha de Proceso Díaz y de otros alumnos normalistas que devino en los años 80 en la caída de Francisco Austria" .

Azpeitia destacó que en el libro, Hernández Navarro incluyó a Arturo Gamiz, y otros personajes que si bien no eran estudiantes de las escuelas Normales, si tuvieron una relación constantes con algunas de ellas.

Roberto Rico Ramírez, coordinador del programa del Librobus del FCE, destacó que en la obra "es único en México" , ya que ningún otro ha rescatado las historias de maestros y maestras normalistas que lucharon por la educación y con conciencia social y que "ya dejaron de ser anónimos".

Sobre el Muralismo Mexicano, subrayó que no debe verse de una forma arquitectónica, sino como una expresión de la lucha social. De allí, agregó la importancia que tuvo el artista plástico, originario de Tepeapulco, Hidalgo José Hernández Delgadillo, icono del muralismo mexicano.

Concluyó al puntualizar que en el libro se "rescata la esencia de las luchas sociales de nuestros tiempos" y que la CNTE es "una gran promotora del normalismo".

Aline Michelle Villegas Corona, estudiante de la primera generación del Mexe desde su reapertura y originaria del municipio de Nicolás Flores, Hidalgo.

Dijo que tras investigar la trayectoria de Luis Hernández quedó impresionada, sobretodo al saber que desde los 13 años con los movimientos sociales y magisteriales por los que transitado el país.

"El legado que nos deja el muralismo tal como usted lo ha descrito en este libro, los que estudiamos aquí en la Normal de El Mexe lo tenemos muy presente porque de aquí han surgido grandes artistas que han logrado plasmar todos los sentimientos que tenemos al formar parte de esta comunidad educativa".

Al final de la presentación del libro, Luis Hernández Navarro, acompañado del rector del Mexe Armando Quintanar Trejo, hizo un rápido recorrido por el viejo casco de hacienda de El Mexe, el cual está en remodelación para dotar a la Normal de más aulas, para conocer algunos de los murales pintados en las añejas paredes del lugar.

Luis Hernández Navarro tiene una larga trayectoria como periodista y principalmente, como luchador magisterial, al destacar que es uno de los fundadores de la CNTE, y "militante de la vieja izquierda", especialista en organizaciones sindicales independientes; colaborador de información obrera que dirigía Paco Ignacio Taibo II; participante de los Diálogos para la Paz de San Andrés así como Secretario técnico de la Comisión de Seguimiento y Verificación de los acuerdos para la paz en Chiapas.

Es autor de varios libros como: Chiapas, la guerra y la paz; Sentido Contrario; Siembra de concreto, cosecha de ira, que trata sobre las guardias comunitarias; Cero en conducta, crónicas de la resistencia magisterial; No habrá recreo, contra la reforma constitucional entre otros además de un innumerables artículos de opinión en el diario La Jornada.

 

 

 

 

 

 

 

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