Atenas. El líder conservador griego Kyriakos Mitsotakis inició este lunes su segundo mandato como primer ministro, con la promesa de acelerar varias reformas, al día siguiente de una victoria por mayoría absoluta en las elecciones legislativas que le permitirá gobernar en solitario.
El jefe del partido Nueva Democracia juró el cargo este lunes ante la presidenta Katerina Sakellaropoulou y el jefe de la Iglesia ortodoxa griega, Jerónimo, para iniciar un segundo mandato de cuatro años.
"Emprendemos un trabajo duro en pos de grandes reformas", declaró Mitsotakis tras ser recibido por la presidenta de la República.
"Me he comprometido a aplicar cambios (...) de gran calado en este segundo mandato de cuatro años", y "tenemos una mayoría parlamentaria cómoda para hacerlo", añadió el dirigente de 55 años, hijo de un antiguo primer ministro de Grecia y tío del actual alcalde de Atenas.
El nuevo gobierno sólo incluye a cuatro mujeres, una de ellas al frente de la cartera de Interior, a pesar de las promesas electorales de Mitsotakis de un ejecutivo más paritario.
La gestión de la diplomacia fue delegada a Giorgos Gerapetritis, que había ejercido como Ministro de Transportes tras la dimisión de su predecesor tras la catástrofe ferroviaria que costó la vida a 57 personas en febrero.
El domingo, Nueva Democracia se impuso en las elecciones legislativas con un 40,55 por ciento de los votos, lo que gracias a un bonus de 50 diputados para la formación más votada le da 158 escaños en el Parlamento unicameral griego, que cuenta con 300 curules.
Frente a él, el partido izquierdista Syriza dirigido por el ex primer ministro Alexis Tsipras (2015-2019) recabó menos del 18 por ciento de los votos, y se quedó en apenas 48 diputados.
Mitsotakis, en el poder desde 2019, logró así la mayoría absoluta que se le escapó por apenas cinco escaños el pasado 21 de mayo, cuando ganó holgadamente unos comicios legislativos celebrados sin el bonus de los 50 diputados al ganador.
El líder conservador no quiso buscar una coalición de gobierno y propició la repetición electoral de este domingo.
Objetivos ambiciosos
Kyriakos Mitsotakis prometió durante la campaña "grandes reformas que avanzarán rápidamente", refiriéndose a sus promesas de subidas salariales, en un país donde abundan los sueldos bajos, y contrataciones masivas de personal médico en los hospitales públicos, convalecientes tras el impacto de la pandemia y los recortes durante la crisis económica.
También prometió mejorar el servicio de ferrocarriles, tras la tragedia ocurrida a fines de febrero, cuando 57 personas murieron en una colisión de trenes.
En clave interna, los días de Tsipras podrían estar contados, tras el mal resultado de Syriza este domingo, que es aún peor que el del 21 de mayo.
"Fue una batalla difícil", y "el resultado es obviamente negativo para nosotros", reconoció Tsipras, al frente del país durante una parte de la crisis financiera.
En el Parlamento griego entraron además este domingo tres pequeños partidos ultranacionalistas y antiinmigración, diez días después del naufragio de una embarcación frente a las costas del Peloponeso, que dejó oficialmente más de 80 muertos y probablemente centenares.
Entre las tres formaciones (Solución Griega, Victoria y Espartanos) lograron casi un 13 por ciento de los votos.
La formación Espartanos dio la sorpresa al hacerse con un 4,64 por ciento de los votos y 12 escaños. El partido, desconocido hasta hace poco, está apoyado por un ex dirigente de la disuelta formación neonazi Amanecer Dorado, Ilias Kasidiaris, quien purga una pena de prisión y no pudo presentarse a estas elecciones por decisión de la Corte Suprema griega.
Los comicios de este domingo estuvieron marcados por una fuerte abstención, que alcanzó el 47 por ciento, ocho puntos más que el 21 de mayo.