San Francisco. El presidente estadunidense, Joe Biden, equiparó el martes a su par chino, Xi Jinping, con "dictadores" durante una recepción con donantes, lo que China calificó este miércoles de "ridículo".
Al hacer referencia a la reciente crisis en la que Estados Unidos derribó un globo chino que Washington afirmó ser espía, Biden dijo que Xi "no sabía que estaba allí".
"Es muy vergonzoso para los dictadores cuando no saben lo que pasó", afirmó el presidente estadunidense, durante la recepción del Partido Demócrata en California.
"Cuando (el globo) fue derribado él (Xi Jinping) estuvo muy avergonzado y negó que siquiera estuviera allí", agregó.
Las declaraciones fueron condenadas por China, que calificó este miércoles de "ridículo" el comentario de Biden.
"Este comentario de la parte estadunidense es realmente ridículo, muy irresponsable y no refleja la realidad", dijo Mao Ning, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Es "una abierta provocación política", agregó el portavoz, consultado sobre esa declaración en una reunión informativa periódica.
Este intercambio ocurre luego de que el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, concluyera el lunes una visita de dos días a Pekín, la primera de un jefe de la diplomacia estadounidense en casi cinco años, en un intento por bajar la tensión entre las dos potencias globales.
Biden, de 80 años y aspirante a la reelección, también elevó sus preocupaciones sobre el gigante asiático al decir a los donantes que "China está en verdaderas dificultades económicas".
Biden también dijo sobre China y Xi que ahora se está "en una situación en la que él quiere tener de nuevo una relación", y elogió el "buen trabajo" de Blinken en Pekín, pero advirtió que "tomará tiempo".
La del martes no fue la primera declaración fuerte de Biden en una ceremonia de recaudación de fondos, en general eventos pequeños sin cámaras ni grabadoras donde los periodistas escuchan y transcriben los comentarios de apertura del presidente.
En uno de esos eventos en octubre, Biden habló de la amenaza de un "Armagedón" nuclear de Rusia.