Ciudad de México. Claudia Sheinbaum, quien proviene de una familia de científicos y tiene un doctorado en ingeniería energética, se lanza ahora a la carrera política más importante de su vida pública: conquistar la Presidencia de la República sin la sombra del caudillo
, sin sumisiones, pero con la convicción más radical, tras haberse formado en la lucha universitaria y militar desde entonces en la izquierda, de que el camino a seguir es el nacionalismo y la 4T.
Hay un saco lleno de preguntas para la ahora ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Es la primera entrevista concedida después de su registro como aspirante a participar en la encuesta de Morena, que habrá de definir quién será su representante en la elección de 2024.
–¿Cuándo sintió que podía ir por la Presidencia?
–La primera vez que me gritaron presidenta fue en el Auditorio Nacional, creo que en 2021, y después cuando el Presidente abre las corcholatas, realmente muy pronto en 2021. Luego viene la elección de ese año y ahí es cuando empiezo a pensar que es posible, que es factible. Yo todavía me tardo un año porque sigo concentrada en el trabajo en la ciudad y es hasta la elección de 2022 que nos pide el partido que salgamos a apoyar a nuestros candidatos, y ahí empiezo a recorrer el país, y después, bajo invitación, decido seguirlo recorriendo.
–¿Y estos años?, ¿no la endureció demasiado el trabajo de gobierno?
–Endurecido, no. Yo creo que maduras en muchos sentidos. La vida te madura de muchas maneras y las experiencias de vida también, y las experiencias de gobierno pues más. Entonces sí soy diferente a la Claudia que entró en 2018, pero digamos que en esencia no, soy la misma persona con las mismas convicciones, pero he aprendido mucho.
Aprendí a conducir un gobierno como el de la Ciudad de México, que no es fácil; he aprendido a enfrentar dificultades, como el caso de la pandemia, poniéndome al frente, y también se aprende mucho, mucho cuando se entiende que los principios deben estar ahí, que uno nunca se debe marear.
–Ya que hablamos de eso, permítame decirle que hay gente que asegura que usted es el ala radical del gobierno de López Obrador, ¿cierto?
–A ver, soy radical en mis principios, en no robar, no mentir, no traicionar al pueblo, en esos soy radical, pero no se en qué otra cosas se plantee que soy radical. En muchos temas hemos platicado con todos los sectores de la ciudad. Un ejemplo se dio cuando yo llegué al gobierno capitalino. Había mucha corrupción en el desarrollo inmobiliario, todo estaba basado en los intereses y el moche, nosotros pusimos orden y ahora nos ha ido bien con los desarrolladores.
“Y es que ya se entendió que todo lo que hay que hacer es cumplir con la ley. Tan sencillo como eso, y que no hay corrupción asociada a ningún trámite en el gobierno. Algunos han querido dar la idea de que habíamos llegado a expropiar, idea totalmente falsa, y como hemos gobernado la ciudad gobernaríamos el país, y además hemos aprendido mucho del presidente López Obrador, fíjate en las decisiones económicas más importantes y todas se tomaron por consenso. Sin imposiciones.
“El aumento al salario mínimo nunca fue una decisión del gobierno hacia los empresarios, fue un acuerdo, el cambio en el sistema de pensiones y la mejora de éstas nunca fue una imposición, fue un acuerdo, el tema del outsourcing nunca fue imposición, y así muchas acciones que tienen que ver con políticas del bienestar.
“Un ejemplo claro fue en el asunto de la inflación. El Presidente nunca dijo: estos van a ser los precios, se hizo una negociación y hubo mucha cooperación. Habrá otros temas en los que no exista acuerdo, pero en las decisiones importantes hubo consenso y hay que seguir así.
En el tema energético estoy de acuerdo en que 54 por ciento de la producción de energía siga siendo de la CFE y el 46 privado, habrá algunos que no estén de acuerdo, pero el país va a crecer tanto que va a haber espacio para más cosas, la soberanía y la fortaleza de la CFE tienen que ser parte del proyecto de país.
Cuenta Claudia Sheinbaum que, en una reunión con la Coparmex, uno de los dirigentes le expresó que no se podía seguir hablando sólo de crecimiento económico e inversión extrajera directa, porque se tiene que hablar ahora de bienestar, y cuenta que estuvo de acuerdo con la reflexión del dirigente, se habló del destino de la inversión y las condiciones que tienen que cumplir las empresas que quieren venir a México. Pero así, a vuelo de pájaro, sale la pregunta:
sombra del caudillo, recordando a Martín Luis Guzmán?
–Una vez en una reunión me hicieron una pregunta parecida y les conteste: ¿si yo no fuera mujer, preguntarían lo mismo?
–Yo, sí.
–Mira, hay cosas que son diferentes. Una es que el gobierno de López Obrador sea una parte fundamental de la historia de México y evidentemente está la continuidad de la Cuarta Transformación y otra cosa es que el presidente López Obrador, o en su momento el ex presidente López Obrador, te esté llamando para decirte lo que tienes que hacer.
“Yo creo que él tiene muy claro que deja el gobierno y que deja la política, y que nos corresponde a nosotros encabezar un nuevo proceso.
Ahora, no te puedes olvidar del presidente López Obrador, pues él es el principal dirigente que ha construido este movimiento y hay un legado que es parte de nosotros, eso sería absurdo negarlo, además, quien quiera negarlo sería tanto como negar la historia de lo que somos.
De llegar a la Presidencia, no sabe si habrá mañaneras, pero sí que tendrá un esquema de comunicación diaria en redes sociales, señala la ex mandataria local. Foto Marco Peláez
-Claudia Sheinbaum asegura que ella no está dispuesta a que nadie le imponga personajes en su gabinete.
–No, no creo que nadie quiera imponerme gente en mi gabinete.
–Por ejemplo, ¿tú crees que el Presidente no te recomiende gente para el gabinete?
–No, no creo. En el caso de mi gobierno en la ciudad, por ejemplo, él no me recomendó a nadie y mira que pudo haberlo hecho. Cuando estuvo Rosa Icela Rodríguez (secretaria de Seguridad Ciudadana) conmigo, yo la llamé y le dije y ella decidió venirse al gobierno”.
–Para que nos quede claro: ¿continuidad no significa sometimiento o sumisión de algún tipo?
–De ningún tipo. Hay construcción de un pensamiento, de un proyecto, de una lucha y ésa quien la vaya a negar también está muy equivocado. Nosotros no vamos a negar al gran dirigente que es y que va a seguir siendo en el sentido metafórico también, el presidente López Obrador.
“Lo que llamamos ‘humanismo mexicano’ en buena parte se construyó con la participación de muchas ideas de muchos intelectuales, de muchos pensadores, del pueblo de México, pero también el pensamiento obradorista.”
La entrevista transcurre una horas antes de que la ex jefa de Gobierno inicie su gira de trabajo por Oaxaca, donde tiene planeada una larga caminata, y de entre todas las preguntas pendientes, la de la posibilidad de lograr una reforma de Estado la toma con mucho cuidado.
–No sé si la reforma del Estado. Yo creo que hay que hablar de la reforma al Poder Judicial. Es muy importante el debate que se abre ahora, porque antes nadie hablaba de la corrupción en el Poder Judicial.
–Hay un reclamo sordo que habla del poder que se le ha dado al Ejército. ¿Qué va a pasar con el empoderamiento de ese sector del gobierno?
–Yo creo que ellos también son parte de la 4T. Habrá quien no lo vea así, pero el Ejército tiene que seguir jugando un papel importante porque tiene que consolidarse la Guardia Nacional en manos de la Secretaría de la Defensa, y porque tiene que seguir jugando un papel importante en lo que se va disminuyendo la violencia y la inseguridad y en lo que van tomando fuerza las policías estatales.
–Y platíquenos: ¿qué va a pasar con la crítica? ¿No son muy susceptibles a ella? (Sheinbaum se apresura a contestar que lo que no se va a permitir es el chantaje).
–Depende de las que vengan y lo que digan, eso es muy claro. Cuando hay críticas que pretendan dañar, también hay que contestarlas, cuando valen la pena.
–¿Cómo será la relación con la prensa? ¿Igual que ahora? ¿Habrá mañaneras?
–No sé si habrá mañaneras, pero se tendrá una comunicación diaria a través de redes sociales. Sí habrá un esquema de comunicación diaria en donde estén las redes sociales.
–¿Viviría en Palacio Nacional?
–Yo viviría en mi departamento si me preguntan.