El oído es fundamental para salvarnos, porque detrás está la música y la poesía
, aseveró el narrador y ensayista Ignacio Solares en relación con su más reciente libro, Novelista de lo invisible, que se desarrolla a partir de diálogos con el periodista cultural José Gordon.
En entrevista con La Jornada, el también dramaturgo expresó que la poesía descubre sentimientos, aspectos de lo cotidiano y también de lo amoroso. Para una frustración amorosa, no hay mejor cura que un buen poema
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Solares (Ciudad Juárez, 1945) dijo que “la literatura te puede salvar cuando estás en un punto en que hay quiebre en tu interior: depresión, problemas…, te da una especie de agarradera. Te aferras a ella y te puede ayudar”.
Recordó que cuando trabajó con el Nobel de Literatura Octavio Paz, le dijo: “‘Tienes muy buen oído. Foméntalo, porque ahí detrás está la poesía, que es música’. Tenía toda la razón, porque creo, y lo he fomentado en mí mismo, al gozar el ritmo”.
José Gordon afirmó que uno de los elementos preciosos de Novelista de lo invisible, editada por el sello Grijalbo, es que “si la conversación puede adquirir la tonalidad de la música, el texto es música. Este impulso poético en las conversaciones tiene el aire de un ensayo o de una novela en vivo. Adquiere tal posibilidad de escucha y de oído que la música y la poesía pueden encarnar en lo cotidiano.
Nos ha acompañado en la experiencia que hemos tenido Ignacio Solares y yo de conversar largamente la idea de que la poesía no tiene que vivir sólo en el papel, sino que puede materializarse en lo común. Deseamos eso. Lo importante de ese ritmo, esa música que tiene la literatura, es que esté presente en la vida cotidiana y en nuestra percepción.
El ensayista refirió que el diálogo abarcó las claves de la obra y sique de Solares, los mundos internos de sus novelas, el espacio invisible de los sueños, los fantasmas que perciben sus personajes, del delirium tremens, sus búsquedas de lo sagrado y, tal vez, de algo que solamente la literatura puede plantear, como decía era el novelista Amos Oz: el lado invisible de lo visible.
José Gordon destacó que explorar el lado invisible de lo visible es la tarea a la que se ha dedicado Ignacio Solares. La literatura, las buenas novelas y la obra de Solares se introducen en los sueños, los deseos y los mundos internos que vivimos y de esta manera abrimos algo que solamente la literatura puede
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Así, permite apreciar cómo algunos de los registros que tiene Solares en su literatura, el mundo de los fantasmas, de grandes personajes históricos, realmente están basados en una experiencia mucho más cercana a la realidad de lo que a veces pensamos e imaginamos
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Solares elogió el planteamiento de José Gordon: “Exhaustivo, concreto, directo, muy luminoso y poético; un ejemplo de cómo se puede ver a un personaje, que soy yo, desde otro ángulo y así transmitirlo para ampliarlo.
Pepe me ha enseñado algo que me parece admirable: aprender a ver lo que yo mismo no logro ver. Las experiencias del libro me lo han permitido. La clave de la literatura es asomarse al otro lado de la luna.
Gordon refirió que Aldous Huxley se hizo una de las preguntas más agudas: “‘¿Por qué son preciosas las piedras preciosas?” Nacho me abrió a la exploración del escritor británico, quien sostenía que una roca representa la materia dura y opaca; sin embargo, si es transparente, nos recuerda que nosotros también, a pesar de ser duros, opacos como materia, podemos filtrar luz y asomarnos a lo que está detrás de nuestro cuerpo, de nuestro cerebro. Ahí es donde se está jugando la imaginación, una suerte de luz interna.
“La luz de la memoria, que parece invisible, se revela a través de la literatura. Nos permite volver a descubrir todas las posibilidades que flotan en nuestro interior, con las que nos comunicamos y hacen al mundo menos opaco, y que podamos tener comunicaciones más profundas de las que nos imaginamos.
Si la literatura descubre que esa luz interior mora en todos los personajes, nos abre posibilidades de relacionarnos con nuestro entorno, de cambiarlo y de transformarlo. Ese es el gran poder que tiene la escritura.