La confluencia política entre Claudia Sheinbaum Pardo y el presidente Andrés Manuel López Obrador por la democratización y la defensa de los recursos del país es histórica.
Con un vínculo que surge desde la organización de parte de la campaña por la Ciudad de México en 2000 –con reuniones en la casa de ella en Tlalpan–, y continuó en la lucha contra el desafuero y la privatización del petróleo, la relación se consolidó cuando Sheinbaum encabezó el equipo que reveló los detalles del fraude electoral de 2006. López Obrador ha realizado pocas giras por la capital del país, pero él lo explicó así, como parte de un recorrido en septiembre de 2021: Ella me aligera la carga, me representa muy bien
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En Tláhuac, frente a personas que se congregaron afuera de una recién inaugurada sucursal del Banco del Bienestar, el Presidente le levantó la mano y luego la señaló con su índice derecho.
La escena fue considerada desde entonces, dentro y fuera de Morena, como un mensaje, pero días después, el 12 de octubre, en su conferencia de ese día, el jefe del Ejecutivo expresó: No tengo preferido o preferida, hablando en términos de pluralidad
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En sectores del partido se resalta que la confianza del mandatario en ella es tal, que cuando fue jefe de Gobierno le encargó, aunque era la secretaria de Medio Ambiente, la construcción de los segundos pisos, y no al titular de Obras, César Buenrostro. También condujo la obra de la primera línea del Metrobús.
Renunció a su cargo para ser vocera de la primera campaña presidencial de López Obrador en 2006, y como parte de la defensa de la democracia, durante ese proceso develó la estrategia del grupo de Felipe Calderón para utilizar la información de los programas sociales con fines electorales, en una maniobra de Hildebrando Zavala.
La relación política entre ambos también se reflejó en la época en que el Congreso discutió la iniciativa de privatización del petróleo en 2008. Como parte de los cercos al Senado –con las Adelitas como protagonistas férreas–, Sheinbaum condujo las brigadas en defensa del petróleo.
En Morena se identifica la participación de Sheinbaum en las luchas sociales, desde su tiempo como estudiante del CCH Sur, en el movimiento en favor de jóvenes rechazados; acompañando a Rosario Ibarra en el plantón en la iglesia de San Hipólito reprimido por granaderos, y ya como integrante del Consejo Estudiantil Universitario (CEU), en el rechazo a la reforma que buscaba la privatización de la educación universitaria, así como la organización del icónico mitin de Cuauhtémoc Cárdenas en el campus.
Un sector del ceuismo se acercó primero al Éxodo por la Democracia y luego al PRD –presidido por López Obrador entre 1996 y 1999–, así que la alianza y la cercanía son históricas, según describen actores políticos ahora en Morena.
Sheinbaum fue una de las principales fundadoras de ese partido y ganó la jefatura de Gobierno en 2018. Ahora, el martes empezará sus recorridos como parte del proceso interno. Ella y su equipo decidirán mañana dónde comenzarán de manera formal.