Cuernavaca, Mor. Madres, hermanas e hijas que buscan a sus hijos, hermanos o padres que fueron desaparecidos desde hace 16 años o en fechas recientes, exigieron al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo y al fiscal general del estado (FGE), Uriel Carmona Gándara, encontrarlos “vivos o muertos”, y que ya cesen las desapariciones en Morelos.
En el marco del Día del Padre que se celebrará el próximo domingo 18 de junio, cuatro madres de familia, una hermana y una hija contaron sus historias y casi todas coincidieron en que no encuentran eco para buscarlos por parte de la FGE y del gobierno del estado. Una de las mujeres narró que su familiar lleva 16 años desaparecido, otros menos, y otros en lo que va de este año. Pero es lo mismo: no son buscados, ni encontrados, ni vivos ni muertos.
Las dolientes se reunieron esta mañana en el memorial de las víctimas de la violencia de Morelos, ubicado en una de las entradas del palacio de gobierno del estado. Algunas madres casi al borde del llanto exigieron a las autoridades correspondientes entregárselos “vivos o muertos”, de lo contrario, sostuvieron que continua estos tres niveles de gobierno “coludidos” con bandas criminales del narcotráfico, y secuestradores; igual como antes ocurría en los tiempos que gobernó el PRI, el PAN y el PRD en esta entidad, dijeron.
La asociación civil Regresando a Casa Morelos, de la que son integrantes estas mujeres buscadoras, aseguró que hasta esta fecha existen 2 mil 870 hombres desaparecidos en la entidad, haciendo hincapié que hay una cifra negra de personas del sexo masculino desaparecidos que en sus casos ni siquiera se denunciaron ante la FGE precisamente por que casi nunca los busca aseguraron.
Las mujeres relataron en entrevista las historias de búsqueda de sus familiares.
Antonio Avilés Pacheco, de 35 años de edad y mesero de una pizzería ubicada en la avenida Ávila Camacho de esta ciudad desapareció el pasado 10 de abril pasado.
Su madre, Georgina Pacheco, mencionó que éste pidió un servicio de taxi esa noche, y que desde ahí ya no regresó a su casa, ubicada en San Antón, Cuernavaca. Su última ubicación marcó, según su teléfono, los andenes del mercado central de esta ciudad. Antonio era padre de dos niñas.
Ángel Montenegro García, era albañil y fue trabajar a Cuautla el 28 de agosto de 2022, pero ya no regresó a su casa y dejó también un hijo, mencionó entre suspiros su madre Patricia García Navarro. Ella exigió que localicen su hijo, “porque aquí no existe una resignación, y aquí es día, tras día el pensar en ellos, o incluso también nadie se merece quedar como un animalito por ahí tirado”.
“Yo mientras no tenga un cuerpo (de su hijo); espero ver a mi hijo con vida: pero ya llega un momento en que dices como sea (vivo o muerto) pero lo quiero”, recalcó.
Romana García Miranda, con lágrimas en los ojos, suplicó encontrar a su hijo, Omar Briceño García, un ingeniero industrial de 44 años de edad, que desapareció el 16 de abril de 2021, en Santa Rosa 30, municipio de Tlaltizapán.
Denunció su desaparición ante la FGE de Jojutla, en donde cada vez que va a pedir informes, hasta con un tono cínico le contesta la Ministerio Público que lleva su caso: “pues la verdad no hay avances”.
La madre, una señora de la tercera edad, con las palabras casi cortadas por contener el llanto y las lágrimas considera que se llevaron a su hijo posiblemente los integrantes de bandas criminales que operan en esta región, para obligarlo hacer drogas, y asegura que posiblemente éste ya no esté vivo; pero que quiere antes de morirse encontrar aunque sea su cuerpo para enterrarlo e irse en paz.
“Yo espero encontrarlo como dios lo tenga, y donde lo tenga, porque la verdad es angustiante, yo creo que voy aullar si lo encuentro muerto; pero que se termine esto, es una angustia, hay días que no quiero ser yo, hay días en que no quiero amanecer, quiero dormirme no saber nada, o quiero volmerme loca para no saber, es angustiante, es terrible, me pregunto: ¿me va alcanzar el tiempo (de vida) para encontrarlo?”, se cuestionó la señora y suplicó a las autoridades hacer su trabajo y localizar a todos y todas las desaparecidos y demandó también que dejen de proteger a los delincuentes.
Rosa Isabel Romero Campos, busca a su papá, Isaac Romero Salinas, taxista, que desapareció el 10 de agosto del 2020 en el municipio de Huitzilac. Desde entonces no saben nada de su padre, y el taxi en que iba fue encontrado ese día en Coajomulco. En los últimos hallazgos de restos de personas sin vida en ese municipio, espera Isabel que uno de éstos se trate de su padre, para encontrarlo aunque esté muerto, dijo con tristeza.
Juan Manuel López Villa, padre de dos niños, fue secuestrado junto con su patrón y propietario de una tienda de materiales para la construcción el 2 de septiembre de 2011, en Oaxtepec, Yautepec, y hasta la fecha contó su madre, que no han recuperado a su hijo, que es padre de dos niños.
Recordó que los familiares del propietario de esta tienda, Julio Román, negociaron el secuestro, y según pagaron el rescate por los dos, pero nunca los liberaron. Hasta hoy esta madre ha estado exigiendo a la FGE que encuentren con vida o muerto a su hijo, que estuvo en el momento y lugar equivocado, porque se lo llevaron junto con su patrón ese día.
Lorena Reza Garduño, busca a su hermano, Juan Carlos Reza Garduño que fue desaparecido el 26 de septiembre de 2007, frente de Galerías Cuernavaca. Este caso también, según Lorena, fue mencionado como un secuestro, aunque no hubo petición de dinero, porque también éste era el chofer de la persona que se llevaron secuestrado; pero la misma familia del patrón de su hermano les pidió no decir nada.
Pero después la familia de esa persona huyó de Cuernavaca. Dejándoles advertidos que no dijeran nada que en 10 años se los regresarían. Pero no fue así.
“Él era chofer particular, secuestraron a su patrón y él estaba ahí, nos amenazaron que no dijéramos nada ni buscáramos, mis padres ya murieron en esta búsqueda; pero ahora espero encontrar su cuerpo, no queremos saber quién se lo llevó, buscamos con miedo todavía; pero creo que antes eran otros corruptos, y ahora son otros corruptos”, porque aseguró que lamentablemente las desapariciones siguen y parece que nadie de las autoridades correspondientes hacen algo para evitarlas, o encontrar a los desaparecidos y castigar a las personas que se dediquen a desaparecer personas en esta entidad.
Antes y ahora, Lorena observa colusión por parte de autoridades y a eso atribuye que no cesen las desapariciones.
“Sí (sigue habiendo colusión), ahora lo que hacemos es buscar, solo quisiera encontrar el cuerpo de mi hermano, vivo o muerto; si está muerto llevarlo con mi padres, no buscar quién fue, porque después van contra la familia y eso es una cosa que nunca acaba”, dijo Lorena, al mencionar que también este año las dos hijas de su hermano no tendrán nada que celebrar el próximo domingo: Día del Padre, igual que hace 16 años atrás, desde que se lo llevaron y no ha regresado a su casa.