Tel Aviv. Cerca de 100 mil israelíes volvieron a manifestarse este sábado en Tel Aviv y otras ciudades del país por 23ª semana consecutiva, en rechazo a la reforma judicial impulsada por el gobierno del primer ministro conservador Benjamin Netanyahu, y tan solo a unos días de una votación en la Knesset sobre la composición del Comité de Selección Judicial.
"Nos tienen secuestrados", declaró en Tel Aviv Michal Gat, de 47 años, empleada en el sector de la alta tecnología. "Estamos aquí desde hace 23 semanas con nuestros hijos, aunque llueva o haga calor. Es muy importante para el pueblo israelí preservar la democracia en Israel", añadió.
Además de Tel Aviv, hubo manifestaciones en las ciudades de Haifa y Rehovot. Durante la movilización en la capital de Israel, había manifestantes con carteles que comparaban a la comunidad árabe con "ciudadanos de segunda clase".
El Ejecutivo estima que la reforma judicial servirá para equilibrar el poder entre el Parlamento y la Corte Suprema, tachada de politizada por la actual coalición gubernamental, la más derechista de la historia de Israel.
Pero los opositores consideran que la reforma podría empujar al país hacia un modelo iliberal o autoritario.
Durante las protestas, algunos manifestantes sostenían también pancartas en las que se criticaba la inacción del gobierno ante la ola de delincuencia que afecta actualmente a la minoría árabe del país.
"No dejaremos que Ben-Gvir se salga con la suya con asesinatos en la sociedad árabe", rezaba uno de ellos, en referencia al ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, de extrema derecha.