Ciudad de México. Al grito de “fuera paramilitares de Chiapas”, integrantes del Congreso Nacional Indígena (CNI), organizaciones populares y sindicales marchan del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino para exigir un alto al ataque armado contra las comunidades zapatistas.
“Que sean desarmados los grupos mediante los cuales se mantiene activa y creciente la guerra contra las comunidades zapatistas”, demandaron.
Resaltaron que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha mantenido la paz y desarrollado su proyecto autonómico en sus territorios desde 1994. Sin embargo, denunciaron que el grupo Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO), ataca a estas comunidades y pone en riesgo la vida de cientos de personas.
Fotos: Marco Peláez
“El ataque es responsabilidad directa, por acción y omisión, del gobierno de Chiapas y del gobierno federal. En los últimos cuatro años, la Orcao ha atacado en más de una docena de veces y sigue actuando impunemente”, aseveraron.
“Hombro con hombro, codo con codo, zapatistas somos todos”; “Si no hay solución es qué hay corrupción”, y “Chiapas, Chiapas no es cuartel, fuera Ejército de él”, son algunas de las consignas que exclaman otomies, triquis, entre otros integrantes de pueblos indígenas.
El contingente es encabezado por un enorme barco de manta en el que músicos acompañan la manifestación, así también hay batucadas.
A su paso, algunos manifestantes han hecho pintas en monumentos y paradas del metrobús sobre Paseo de la Reforma. En el Ángel de la Independencia con aerosol rojo escribieron “Viva EZLN”.
La movilización ha hecho paradas en la Glorieta de los y las Desaparecidos, así como en el de las Mujeres que Luchan, en solidaridad con sus demandas.
Después de casi una hora y media de marchar, finalmente la movilización para exigir un alto al ataque armado contra las comunidades zapatistas arribó al Zócalo capitalino.
En un mitin frente a Palacio Nacional los manifestantes denunciaron que a casi 30 años del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), sus pueblos siguen bajo ataque.
Estos hechos, alertaron, “ocurren además en un contexto preocupante, el crecimiento de la influencia y operación de grupos del crimen organizado. En Chiapas, la reactivación de grupos paramilitares y de corte narcoparamilitar, el surgimiento de autodefensas, la presencia de militares y Guardia Nacional, así como la disputa de territorios para minería, carreteras, venta de drogas, trata de personas migrantes y de mujeres, reclutamiento y desplazamientos forzados, desapariciones, masacres y más, ponen al estado al borde de la guerra civil”.
El grupo paramilitar Organización Regional de Cafeticultores de Ocosingo (ORCAO), aseveraron, ha atacado desde 2019 en más de una docena de veces a las comunidad zapatistas, que han incluido “quemas de escuelas y bodegas de café, balaceras, torturas, secuestros y heridos de gravedad con arma de fuego”.
A ello, agregaron, “hay que sumar que grupos paramilitares como el ORCAO obtienen recursos de programas sociales como Sembrando Vida, que es el que los motiva a atacar a las comunidades, arrebatarles territorios y registrarlo en tal programa”.
Frente a este contexto, el Congreso Nacional Indígena (CNI), organizaciones populares, estudiantiles, magisteriales y sindicales, así como artistas, historiadores y académicos convocaron “a que por medio de la acción pacífica continuemos exigiendo alto a la guerra contra los pueblos zapatistas, en Chiapas y en todo México”.
Igualmente, exigieron al Estado mexicano garantizar la salud y la justicia para Jorge López Sántiz, base de apoyo zapatista herido por paramilitares del ORCAO, al igual que se investigue “a profundidad el gobierno de Rutilio Escandón y que el silencio del presidente Andrés Manuel López Obrador deje de ser cómplice de la violencia en Chiapas”.