Tras su éxito en el Foro La Gruta y el Teatro Helénico en 2021 y 2022, la multipremiada obra Junio en el ’93 realiza una breve temporada en el Foro de las Artes del Centro Nacional de las Artes (Cenart), que concluirá el 2 de julio.
La propuesta escénica de la compañía Teatro de Arena retrata a una generación de jóvenes y a una sociedad que enfrentaron una pandemia desconocida provocada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Creada por Luis Mario Moncada a partir de una novela hasta hace poco inédita, Perdóname, Yukio, escrita por el actor Alejandro Reyes antes de morir en 1996 víctima de sida, se trata de una historia en la que se entretejen el amor, el gozo y el placer, así como el estigma, el prejuicio, la ignorancia y el odio.
Para Martín Acosta, su director escénico, la buena recepción que ha tenido este montaje entre el público y la crítica ha sido motivo “hasta cierto punto de sorpresa, porque entendíamos desde el principio que el material corresponde a otra generación, al ser una obra que habla de algo que pasó en los años 90.
Plantea la visión de alguien que ha sido diagnosticado con VIH cuando ese padecimiento era muy diferente a lo que es ahora; era una enfermedad prácticamente mortal, mientras hoy la podemos entender más como una condición. Desgraciadamente no se ha erradicado, sigue siendo una condición terrible, pero en la mayoría de los casos puede ser una situación crónica.
Junio en el ’93 fue reconocida como Mejor obra de teatro, Mejor elenco y Mejor dirección por la Agrupación de Críticos y Periodistas de Teatro, así como Mejor dramaturgia mexicana y Mejor iluminación en los Premios Metropolitanos de Teatro (Los Metro) en 2022.
Según el creador escénico, lo que pretende esta visión de los años 90 es contextualizar el origen de esa enfermedad y cómo la veíamos en México, en particular en el medio teatral, pues la historia es alrededor de un montaje que Alejandro Reyes hizo en 1993 con Abraham Oceransky en Xalapa y cómo se vivía el día a día de esa experiencia.
Reyes lo hace en un subtexto muy íntimo, hablando de su trabajo como artista del teatro y de su experiencia como hombre homosexual diagnosticado con VIH
, explica Martín Acosta en entrevista.
La sorpresa ha sido que muchos jóvenes se han acercado al montaje aun sin los referentes de esa época. Creo que han podido hacer un puente entre cómo la vivimos hoy, de dónde viene (esa enfermedad) y cómo era considerada en aquel entonces.
Una de las motivaciones para llevar a escena esta puesta fue la reciente pandemia, pues, a decir del director escénico, la enfermedad siempre nos lleva a hacer ciertos juicios y traer prejuicios, así como a marginalizar a los que la padecen.
“Es algo quizá muy natural en el ser humano, pero también muy injusto. Así como en algún momento el covid-19 se volvió casi una peste, con una neurosis o histeria colectiva alrededor de la enfermedad, en los años 90 no lo fue menos con el VIH, con el agravante de que comenzó en un grupo tradicionalmente marginado, el de los homosexuales, y esto llevó a ponerle todo tipo de apodos y de visión negativa, casi mística, como si se tratara de un castigo de Dios.
“Se trata de algo muy triste que pasó hace 30 años, pero igual ocurrió con el cáncer a mitad del siglo XX, cuando era una palabra casi impronunciable o secreta, o la tuberculosis en el siglo XIX. Susan Sontag tiene un estudio muy interesante sobre esto, La enfermedad y sus metáforas. Vemos cómo los seres humanos somos muy frágiles frente a la enfermedad y cómo ataca, en primer lugar, a nuestra conciencia, a nuestra humanidad, y nos lleva a señalar a aquellos que están enfermos.”
Con Junio en el ’93 concluye la trilogía Historias de la diversidad en la Ciudad de México, de la compañía Teatro de Arena. Fue antecedida por 41 detonaciones contra la puerta de un clóset, con dramaturgia de Sara Pinet y David Gaytán, sobre el movimiento homosexual en los años 70, y La herida y la flecha, de Marianella Villa y Anacarsis Ramos, que a partir de la vida de la actriz Rita Macedo habla de las mujeres en los años 60 que viven a la sombra de un hombre reconocido o importante.
Tras su temporada en el Cenart, será llevada en julio a Guadalajara; en agosto, a Monterrey; en septiembre, a Tenerife, España, y concluirá su gira en octubre con diversas representaciones en Colombia, entre éstas en el Festival Internacional de Teatro de Manizales.
Las funciones en el Foro de las Artes son jueves y viernes a las 20 horas, sábados a las 19 horas y domingos a las 18 horas.