Moscú. El día después de la catástrofe sigue sin saberse a que se debió la destrucción del dique de contención en la presa de Kajovka, mientras autoridades rusas y ucranias continúan echándose la culpa y estiman que reconstruir la hidroeléctrica costaría cerca de mil millones de dólares y tardaría, entre el tiempo que se lleven las obras y el llenado del embalse, alrededor de 10 años para volver a funcionar como antes de la guerra.
GALERÍA: Destrucción de presa causa inundaciones en la región ucrania de Jersón
Las autoridades de ambos lados hicieron este miércoles un balance preliminar de daños:
En su primera reacción, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, calificó de “acción bárbara” la voladura de la presa y dijo que provocará “un desastre medioambiental y humanitario a gran escala” al hablar por teléfono con su colega turco, Recep Tayyip Erdogan, quien propuso al titular del Kremlin y al mandatario ucranio, Volodymir Zelensky, crear una “comisión internacional” para investigar de modo conjunto qué pasó en la hidroeléctrica de Kajovka.
Putin dio instrucciones a su ministerio de Situaciones de Emergencia de prestar toda la asistencia que requieran las personas afectadas en la margen izquierda del río Dniéper, en palabras de su portavoz, Dimitri Peskov.
En esa parte de la región de Jersón, ocupada por las tropas rusas, se decretó el estado de emergencia y se calcula que entre 20 mil y 40 mil personas se encuentran en zona de inundaciones.
Aproximadamente 42 mil personas y dos mil 500 km2 de tierra están en riesgo por la inundación causada por la destrucción de la presa Nueva Kajovka, lo que puede que haga más lento cualquier avance militar potencial ucranio en el delta del Dniéper. Vía Graphic News