Guadalajara, Jal. Al cumplirse tres años del llamado ‘halconazo’ del gobierno encabezado por Enrique Alfaro, fue instalado un antimonumento en la Plaza de Armas en el centro de Guadalajara por diversos colectivos que recordaron cuando, reprimidos por policías estatales y de la fiscalía jalisciense, fueron golpeados y desaparecidos por varias horas sin que hasta ahora exista castigo a los responsables de la represión.
Colectivos como CUCSH No se Mueve, Luz de Esperanza y Unidos por Jardines de la Paz y Colonias Aledañas, además de grupos feministas, estudiantes y ciudadanos que sufrieron la represión alfarista en 2020, todos bajo la vigilancia cercana de policías de Guadalajara, colocaron un nuevo monumento con las siglas “5J” en referencia al 5 de junio, casi frente a palacio de gobierno sobre paseo Alcalde a un costado de la catedral metropolitana.
El antimonumento se hizo como un memorial de la represión ordenada por el gobierno alfarista contra cientos de jóvenes que protestaban por la muerte de Giovanni López Ramírez, un albañil quien fue detenido y luego asesinado por policías de Ixtlahuacán de los Membrillos tras el decreto del gobernador Alfaro para arrestar a quien no utilizara cubrebocas, debido a la pandemia por Covid.
Se recordó que en el centro de la ciudad, cuando quienes protestaban quemaron dos patrullas, rompieron vidrios y trataron de ingresar a palacio de gobierno, fueron reprimidos por policías estatales que al recibir la orden salieron del interior del inmueble y sin discriminar comenzaron a golpear brutalmente y arrestar jóvenes, en la primera de dos jornadas en las que afirmaron quedó claro el talante autoritario del gobierno encabezado por Alfaro, del partido Movimiento Ciudadano.
También se dijo que al día siguiente, 5 de junio, cuando se convocó a una segunda manifestación en las instalaciones de la Fiscalía del Estado, decenas de policías de esa dependencia, vestidos de civil, encapuchados, portando armas de fuego, palos y tablas, hicieron una razzia contra quienes llegaban al lugar e igualmente sin discriminar golpearon y subieron a camionetas sin placas a los capturados.
Los vehículos ingresaron a las instalaciones de la Fiscalía y ahí mantuvieron a mujeres y hombres durante horas incomunicados y amenazados, hasta que ya en la noche finalmente los llevaron a la periferia de la ciudad y los soltaron bajo la advertencia de que dejaran de alborotar.
Nadie creyó la justificación del gobernador Alfaro de que él no ordenó las capturas y que quienes la hicieron seguramente fueron malos agentes bajo las órdenes del crimen organizado, en particular porque hoy no existe uno solo de dichos policías en la cárcel.
El antimonumento metálico pintado de rojo fue instalado sin problemas y una placa de aluminio señala el motivo del mismo: “A pesar que la CNDH y la FGR atrajeron el caso, las graves violaciones a los derechos humanos no han sido debidamente investigadas, tampoco se ha reparado el daño. Responsabilizamos al gobierno de Jalisco por los hechos, apuntando que las desapariciones y la impunidad en el estado continúan”.