El presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció este viernes la salida del gobierno de Laura Sarabia, su mano derecha y el embajador en Venezuela, Armando Benedetti, muy cercanos al mandatario y salpicados por un escándalo de escuchas ilegales, conspiración y chantaje.
Tras el robo de un maletín con miles de dólares de la casa de Sarabia, su niñera terminó interrogada con polígrafo en la sede presidencial y luego interceptaron sus conversaciones telefónicas con un informe falso de la policía que la vinculaba con narcotraficantes del Clan del Golfo, de acuerdo a la Fiscalía.
Benedetti, un poderoso político que apoyó en campaña a Petro, le presentó a su antigua colaboradora, Laura Sarabia, y quien hasta hoy era embajador en Venezuela se sumó a la intrincada historia en un giro insospechado que deja más preguntas que respuestas. Los exfuncionarios compartían la misma niñera y se acusan el uno al otro de chantaje, trampas y conspiración.
"Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada y el embajador de Venezuela se retiran del gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación", declaró Petro en una ceremonia de ascenso de oficiales del Ejército.
"Este gobierno respeta los derechos humanos, no intercepta ilegalmente los teléfonos" de nadie, repitió con insistencia durante el discurso.
Al autodenominado "gobierno del cambio" le llovieron críticas por acudir a las viejas prácticas políticas.
Las escuchas ilegales han marcado la polarizada historia de Colombia en medio del prolongado conflicto armado y Petro, junto con algunos de sus ministros izquierdistas, fueron víctimas de ello.