Bryan, Texas. La otrora estrella estadunidense de la biotecnología Elizabeth Holmes ingresó este martes a una prisión en el estado de Texas para cumplir su sentencia de once años por haber estafado a inversores de su empresa, Theranos, por varios millones de dólares.
La mujer de 39 años llegó a la prisión federal de mujeres en Bryan, cerca de Houston, después de que una corte negara su última petición para permanecer libre mientras apelaba la condena por fraude.
“Podemos confirmar que Elizabeth Holmes ha llegado a la Prisión Federal Camp Bryan (...) y está en custodia de la Oficina Federal de Prisiones”, dijo la autoridad en un comunicado.
Además de su tiempo en prisión, la justicia ordenó a Holmes a pagar 452 millones de dólares a los inversores defraudados.
Holmes se convirtió en una estrella de Silicon Valley cuando anunció que Theranos iba a desarrollar tecnología para perfeccionar las pruebas de sangre a través de un dispositivo de diagnóstico médico de amplio rango.
Como fundadora de esta empresa, Holmes se convirtió en una celebridad de la tecnología y fue capaz de atraer inversiones de reconocidas figuras políticas y de algunos de los personajes más ricos del mundo, entre ellos Rupert Murdoch; el fundador de Oracle, Larry Ellison; y la cadena de farmacias Walgreens.
Theranos también alcanzó fama por la identidad de los miembros de su junta directiva, como los ex altos funcionarios estadunidense Henry Kissinger, George Shultz y Jimm Mattis.
Sin embargo, la suerte de la mujer que desertó de la Universidad de Stanford llegó a su fin cuando una investigación de The Wall Street Journal cuestionó la capacidad de los dispositivos de Theranos.
Sus muchos detractores sostienen que merece estar en prisión por ofrecer una presunta nueva tecnología de la que alardeó repetidamente, capaz de detectar con rapidez cientos de enfermedades y otros problemas de salud gracias a unas pocas gotas de sangre extraídas con un pinchazo en el dedo.
Los partidarios de Holmes insisten en que ella siempre tuvo buenas intenciones y que el Departamento de Justicia la convirtió injustamente en un chivo expiatorio. Insisten en que sólo implementó las mismas tácticas exageradas de promoción que usan muchos otros ejecutivos del sector tecnológico, incluido Elon Musk.
Según The Wall Street Journal, la mayoría de los reclusos de Bryan están condenados por delitos de cuello blanco, cargos menores relacionados con drogas y por acoger a inmigrantes ilegales.
En 2014, Forbes valoró la fortuna de Holmes en cuatro mil 500 millones de dólares y la describió como la mujer multimillonaria más joven que no heredó su fortuna.