Doral. Más de cinco décadas han pasado desde que Adriana Barraza comenzó a actuar en cine, teatro y televisión. Alcanzó su sueño de ser nominada al Oscar, y ha compartido créditos con celebridades de Hollywood como Susan Sarandon, Sylvester Stallone y Brad Pitt. Pero lejos de pensar en retirarse, está llena de proyectos.
“Dios me regaló este privilegio”, expresó la actriz mexicana de 67 años en una reciente entrevista con The Associated Press. “Es un disfrute absoluto”.
Este es para ella un año de importantes proyectos cinematográficos que incluyen una actuación en la película de DC Comics Blue Beetle, junto a Xolo Maridueña, Sarandon y George López, entre otros.
Este viernes estrena en Netflix la película mexicana El último vagón, un homenaje a los maestros y a la inspiración que ellos pueden tener en la vida de sus estudiantes, en el que Barraza interpreta a la maestra Georgina.
La actriz, que encarnó su personaje basándose en su propia experiencia enseñando actuación y en los recuerdos de sus maestros, recuerda entre risas lo feliz que se sintió cuando el director del filme, Ernesto Contreras, la presentó ante niños que actuaban de alumnos. Estaban esperándola en la sala, sentados, y al verla inmediatamente se pararon e hicieron silencio, como si en la realidad ella fuera su maestra, y no una actriz.
“Me dio mucha ternura y la pasé muy bien con todos los niños”, relató.
Ese mismo entusiasmo y amor por su trabajo, es lo que Barraza quiere transmitir a los alumnos de la vida real en su academia de actuación en Doral, una pequeña ciudad vecina de Miami.
Quiero enseñarles “a tener sueños, a tener pasión, a que no se acabe la llama porque el mío no se ha acabado”, dijo Barraza sentada detrás de un escritorio en una pequeña oficina de su academia. “Espero que se apague cuando ya esté yéndome al cielo”.
Los 50 años de carrera de la actriz y directora se cumplieron en 2021, en plena pandemia, y Barraza no se atrevió a celebrarlos públicamente. Por eso, apenas pudo este año se tomó los tres primeros meses para festejarlo preparando la obra teatral Madre, un homenaje unipersonal a las mujeres de todo el mundo que buscan a sus hijos y nietos desaparecidos, como en su natal México y Argentina, el país de su esposo.
En junio le sigue otro estreno, el cortometraje mexicano El tesoro, en el que interpreta a una madre cristiana evangélica, cuyo hijo es un enfermo terminal y le confiesa numerosos asesinatos que cometió, compartiéndole los nombres de quienes enterró en fosas clandestinas.
Barraza se inició en la actuación casi por casualidad. Tenía 15 años y en la escuela de su natal Toluca debía cursar una materia opcional. Desde que vio al Ballet Bolshoi a los ocho años, quería hacer baile clásico, pero la clase de danza no tenía más cupo. No se consideraba buena para los deportes, y descartó basquetbol. La otra opción era teatro, y la tomó.